Un estudio científico estableció que 30% de las mujeres se topan con que no terminan sus relaciones sexuales plenamente. Este estudio se basa en las mujeres que no tienen problemas para alcanzar el orgasmo mediante la masturbación, lo que descarta algún tipo de patología que se lo impida. La tendencia es que la raíz del impedimento sea emocional.
La investigación tomo en cuenta los patrones de 913 mujeres mayores de edad y concluyó que los factores son tanto psicológicos como físicos. La falta de lubricación y el dolor durante las relaciones se englobarían bajo las premisas físicas, mientras que el estrés y la ansiedad, la falta de excitación, los complejos o el desapego de la pareja son, obviamente, emocionales.
“Se trata de un problema más habitual de lo que pueda parecer, y se produce en mujeres de todas las edades (…) afortunadamente, es cierto que las mujeres jóvenes cada vez se preocupan más por temas como este y acuden a la consulta al poco de iniciarse en las relaciones sexuales”, explica Marta Ibáñez, psicóloga sexual.
La autoexploración como primer paso
Conviene tener claro que el problema tiene solución y una raíz común: “El germen más usual está en el hecho de que la mujer no se conoce, no ha invertido tiempo en autoexplorarse y, en ocasiones, jamás ha tenido un orgasmo”, repasa la experta.
Por eso, indica que la masturbación es tu mejor aliada. “Es el ejercicio más indicado para, primero, saber qué es lo que te gusta y, segundo, poder guiar a tu pareja en aquello que te excita”.
Ibáñez, distingue además entre el orgasmo vaginal y el de clítoris: “Resulta muy arriesgado confiar en el advenimiento del orgasmo sólo con la penetración, por lo que la estimulación manual sigue siendo importante”.
En último caso, la falta de orgasmo puede ser entendida también como una voz de alarma. El mismo estudio científico determina como motivos habituales la ausencia de disfrute con la pareja, la suposición de que tu pareja no disfruta del acto o la desaparición del interés en mantener relaciones con esa persona. “Quizá esas sensaciones deban ser entendidas no como un problema personal, como un bloqueo sexual, sino como el aviso de que esa pareja no es la adecuada”, señala la psicóloga.
