La manera mediterránea de beber aumenta la longevidad, reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares y no influye apreciablemente en el riesgo global de padecer cáncer.
Un grupo de científicos han concluido que la “manera mediterránea de beber” aumenta la longevidad, reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares y no influye apreciablemente en el riesgo global de padecer cáncer, según explica la Fundación Dieta Mediterránea en su web.
«Esta alegación proviene de la mayoría de los numerosos estudios publicados que afirman que la relación entre el consumo de alcohol y la mortalidad es una curva en forma de J (lo que demuestra que el consumo moderado de alcohol reduce la mortalidad en comparación con la ausencia de consumo de alcohol)», explica.
El vino, bueno para la longevidad
Asimismo el estudio The Copenhagen Prospective Population Studies, demostró que el consumo moderado de vino puede tener un efecto beneficioso (superior al de ya demostrado del alcohol) sobre la mortalidad.
El resveratrol es el compuesto principal del vino que juega un efecto positivo sobre la longevidad.
«Un consumo moderado de vino: hasta dos vasos al día para los hombres y uno para las mujeres, es parte del patrón de Dieta Mediterránea que junto al consumo abundante y variado de alimentos vegetales, el alto consumo de cereales, aceite de oliva como principal grasa y un bajo consumo de carne (roja) aportan beneficios sobre la salud», afirma la Fundación.
