Los niños pueden escuchar y disfrutar de la música clásica con gran naturalidad, incorporando las melodías y los ritmos clásicos a sus juegos, bailes, y a su mundo de fantasía.
Aquí un caballero medieval, allí un pirata, un hada, un mago…la gran música los enriquece y deja volar su imaginación, sumergiéndolos en un mundo maravilloso del que de ninguna manera deberían verse privados.
Este concierto pensado para ellos es un acercamiento a estas obras y a este mundo maravilloso de música pura.
La duración del mismo es de 35-40 minutos aproximadamente, dependiendo de las edades de los niños.
Las piezas no se tocan seguidas, si no que se hace un breve comentario del autor o la pieza, siempre desde el punto de vista del interés infantil.
Se termina invitando a los niños que lo deseen a bailar o moverse con la Marcha Turca de Mozart.
Se interpretan obritas de Mozart, Leopold Mozart, Haydn, Bach, Beethoven, Schumann, Kabalewsky, Bartók y Prokoffiev.
La múscia clásica para niños
Una de las propuestas más interesantes sobre el desarrollo de los niños es la de educarlos rodeados de música. La música que se escucha durante el embarazo puede ser recibida por el bebé en forma de múltiples beneficios. Y los niños que aprenden a tocar un instrumento musical adquieren muchas ventajas emocionales e intelectuales.
A veces se considera que la música clásica puede ser demasiado intensa o incluso aburrida para los más pequeños, pero la música puede ser un vehículo para el desarrollo integral del niño que abarque las áreas cognitiva, social, emocional, afectiva, motora, del lenguaje, así como de la capacidad de lectura y escritura.
En sus primeros años, los niños son receptores absolutos de todo tipo de estímulos y al sentir la música de una forma tan intensa, ésta puede ejercer una influencia muy poderosa y positiva, siempre que sepamos emplearla adecuadamente, no verla nunca como una obligación y sabiendo elegir la música idónea para cada momento.