Tras la recién estrenada Gran Vía, que ha dado un toque diferente y más espacioso a una de las calles más importantes y transitadas de la ciudad, Madrid continúa con su remodelación en Plaza de España. Además, la construcción de un hotel de lujo en la Calle Montera impulsará la zona y pretende acabar con la epidemia de locales cerrados.
Tras ocho meses de obras, la Gran Vía luce más peatonal que nunca y esta reinauguración y millones de paseantes la han recorrido de arriba a abajo estas navidades. Ahora, la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, reanuncia el proyecto de reforma de Plaza de España que empezará en febrero, durará 21 meses y costará 62 millones. Las obras incluyen un cruce transversal como el de Shibuya en la esquina con la Gran Vía que tendrá bolardos con luces para controlar el tráfico.
Desde el Ayuntamiento de Madrid esperan que al menos el proyecto de peatonalización lateral de la plaza junto a la torre Madrid, la ampliación de aceras en la continuación de Gran Vía y el paso de peatones transversal entre Gran Vía y plaza de España esté terminado antes de finalizar la legislatura en mayo.
El proyecto incluye alargar el túnel de Bailén hasta Ferraz, ampliar las aceras de la cuesta de San Vicente (que perderán carriles para los coches) y peatonalizar el tramo de Bailén que une plaza de España y los jardines de Sabatini, así como plantar 1.500 árboles.
Hotel de lujo en la calle Montera
Una adinerada familia mexicana, los Díaz Estrada, han decidido emplazar su hotel de lujo en mitad de una de las calles más céntricas de Madrid, la Calle Montera, concretamente en los números en los números 25, 27, 29 y 31, donde los obreros ya trabajan en la demolición de los edificios actuales.
Este proyecto podría ser la clave para revivir la calle, la cual, desde hace años se encuentra en continua decadencia, con locales que echan los cierres para no volver a abrirlos.
La obra, valorada en más de 12 millones de euros, enterrará para siempre los antiguos cines Acteón, la zapatería Los Guerrilleros, el bingo Montesol, la juguetería Rosa Negra o la sala de fiestas Wind.
Esta oportunidad podría hacer que Montera volviera a tener el mismo renombre que las calles vecinas como Preciados, Arenal o la recién peatonalizada Carretas y dejar de ser conocida únicamente por la prostitución y delincuencia.
