Actualmente las bebidas azucaradas se consumen a nivel mundial en un altísimo porcentaje. la ingesta continuada puede perjudicar la salud ya que contienen grandes cantidades de azúcar refinada. Por esta razón algunos gobiernos estan empezando a aplicar un impuesto con el objeto de reducir el consumo en la población y evitar el grave problema de la obesidad.
Las bebidas gaseosas contienen grandes cantidades de azúcar refinada (sucrosa y almíbar de maíz de alta fructosa). Esto afecta los niveles de sangre de hormonas como la insulina, leptina y grelina. El efecto de la fructosa sobre las hormonas juega un papel fundamental en la ganancia de peso y la obesidad.
Además, los niños y adolescentes que consumen bebidas gaseosas habitualmente en lugar de leche u otros productos lácteos tienen una ingesta de calcio por debajo de lo normal, lo que contribuye a padecer osteoporosis.
Se debe consumir bebidas gaseosas con moderación. El azúcar refinada afecta también en las caries o la erosión del esmalte.
Debido a estos problemas de salud y otros muchos, en algunos países como México se ha implantado un impuesto sobre las bebidas azucaradas. Esta medida ha logrado reducir una media del 12% el consumo de este tipo de bebidas.
En Gran Bretaña, uno de los cocineros más influyentes del país, Jamie Oliver, ha introducido la misma medida en sus restaurantes. Con el “impuesto de los refrescos” quiere lanzar el mismo mensaje al Gobierno del país: reducir el consumo de las bebidas azucaradas entre la sociedad.
En España, se abrió el debate en el parlamento de Cataluña sobre si era adecuado implantar este impuesto sobre el consumo de dichas bebidas y la reducción de enfermedades como la obesidad. En 2012 fue destinada una propuesta de ley que nunca se llegó a implantar.
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