Usar alfombras de lana y tapar las ollas al cocinar son gestos que ayudan a pagar menos dinero por las facturas, en especial para aquellos que viven de alquiler y buscan ahorrar en los gastos extra mensuales.
Existen trucos -desde ajustar la potencia contratada o tapar los bajos de las puertas- que ayudan a que una vivienda gaste menos energía en electricidad y gas. Pero, además, en caso de ser inquilino de un piso, otra forma de ahorrar consiste en pactar con el propietario pagar a medias o a plazos las mejoras realizadas durante el tiempo de alquiler, como puede ser instalar un termostato regulable.
Revisar la calefacción y limitar el termostato
Escoger unas cortinas gruesas, incluso de lana, que aíslen bien, son un método eficaz para no derrochar la calefacción, ya que ayudan a mantener el calor dentro de casa.
Otro modo sencillo de ahorrar calefacción es cuidar la instalación (por ejemplo, purgando los radiadores con regularidad), como también poner un termostato programable, para que la calefacción se apague de forma automática a determinada hora o cuando alcance un nivel determinado.
El poner la calefacción a 20 o 21 grados, permitirá calentar el hogar sin necesidad de estar en manga corta y también se notará el ahorro en la factura, ya que por cada grado de más se incrementa un 7 % el consumo energético, recuerda el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE).
Decorar para ahorrar energía con lana y bambú
Alfombras, mantas de lana y hasta llenar una pared de libros son formas de aislar mejor el piso, y sin necesidad de abordar grandes reformas.
Si queremos reducir la factura de la calefacción, y mantener el piso de alquiler caldeado sin gastar tanto, no hay más que hacerse con una alfombra que sea gruesa, de un material similar a la lana o de fibras naturales de bambú o de coco. La clave es que este material minimiza las pérdidas de calor por el suelo, mientras que ayuda a crear un ambiente agradable y protege los pies del frío del suelo.
Ajustar la potencia de luz contratada, y no pagar de más
El coste total de las facturas eléctricas procede de la suma de dos conceptos: la potencia contratada y el consumo energético. La potencia contratada es una cantidad fija que se paga todos los meses con independencia del consumo hecho. Por eso es tan importante ajustar el valor al consumo real, y no pagar por algo que no estemos aprovechando.
Además, hay que revisar las distintas compañías para saber si existen más opciones y, en tal caso, decantarse por la que más interese.
Aprovechar el sol
El sol es un recurso de luz y calor que se puede aprovechar para ahorrar dinero en una casa. Para ello, lo primero que hay que hacer es no encender la luz si podemos usar la del sol. Y cuando esta cae, es recomendable utilizar bombillas eficientes, de bajo consumo.
Cocinar con la olla tapada
Tapar la olla al cocinar. Con este gesto tan sencillo es posible ahorrar un 25 % de energía.
Para aprovechar bien el fuego, hay que tratar de usar siempre una olla igual o más grande que la zona de cocción. De esta forma estaremos ahorrando otro 20 % de energía. También hay ollas más eficientes que otras en la utilización del calor. Para recortar las facturas, basta con escoger una olla a presión.
Cuidar la nevera, y ponerla a 5 ºC
El frigorífico representa el 18 % del consumo eléctrico en casa, por lo que es esencial ajustar bien su temperatura, ya que cada grado adicional que hará que el gasto aumente un 5 %. Según el IDAE, la temperatura de la nevera debe ser de unos 5 ºC, mientras en el congelador de -18 ºC. Y si queremos optimizar su uso, toca alejar este electrodoméstico de fuentes de calor, como el horno, o de los sitios donde le dé el sol.
