La comida basura cambia la dieta natural de los indígenas guatemaltecos empujándoles a la obesidad

El maíz, las tortillas, los frijoles y el café son la base de la dieta de los indígenas mayas ch’orti que les suministran las fuerzas necesarias para el día a día en un país donde 7 de cada 10 menores no comen lo suficiente. Ha esta sociedad han llegado los refrescos azucarados y productos ultraprocesados.

Lorenzo Mariano, doctor en Antropología de la Universidad de Extremadura, explica que la gran mayoría de la población ch’orti guatemalteca se sentía avergonzada y, al ver a extranjeros haciendo preguntas, aseguraba que no consumía productos chatarra, ni mucho menos se los daba a sus hijos. «Pero en los lugares donde teníamos más confianza nos confesaban que sí que lo hacen con normalidad, aunque sepan que no es bueno», apunta.

En los últimos años, desde 2006 se ha notado una subida del 13% del consumo de snacks y otras golosinas ultraprocesadas en la región Guatemalteca poblada por más de 50.000 mayas ch’orti que viven al este del país.

Estas comunidades registran tasas de desnutrición infantil un 13% superiores a la media nacional, que es la peor de Centroamérica. Y se relaciona la habitual talla baja de estos indígenas con la falta de alimento suficiente en los primeros cinco años de vida. La zona es conocida por haber sufrido una hambruna en 2001 que, en diversa medida, se viene repitiendo periódicamente. Pero ahora también se registran allí casos de sobrepeso y obesidad. Y el foco se coloca sobre el mayor consumo de grasas y azúcares.

Hambre y obesidad

«Las principales causas de la doble carga de la malnutrición son las condiciones sociales y la baja calidad de la alimentación», explica Rubén Grajeda, experto de la Organización Panamericana de Salud (OPS).

«Los productos con alto contenido calórico y bajo valor nutricional es decir, altos en azúcar, sal y grasa, están ampliamente distribuidos, son sabrosos, convenientes y de muy bajo precio», añade.

A pesar del conocimiento del daño que producen estos alimentos, la presencia de patatas fritas, ganchitos, galletas azucaradas o refrescos se ha multiplicado en la tierra de los Ch’orti donde ha crecido el número de pequeños comercios donde se venden estos productos según informa un estudio de la ONG Acción contra el hambre.

El trabajo de campo realizado por los investigadores muestra que en estos negocios los productos procesados y las bebidas azucaradas prácticamente monopolizan la oferta.

Aurora Cancela Pérez
Aurora Cancela Pérezhttps://www.cronicanorte.es
Aurora Cancela Pérez, periodista, licenciada en Ciencias de la Información y vecina de Colmenar Viejo. Es redactora en Crónica Norte desde 2017. Apasionada de la información local y los viajes.

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