El cambio climático ha favorecido que aumente el número de infecciones por mosquito en España, algo que va asociado al aumento de las temperaturas en el país.
“En nuestro entorno la leishmaniosis está producida por Leishmania infantum, un protozoo que inicialmente parasita la dermis, vísceras y membranas mucosas, y otras células de animales silvestres, fundamentalmente del perro, donde puede adquirir el carácter de enfermedad crónica en muchos de los casos”, indica el comunicado de la Sociedad Española de Parasitología.
Pero esto está cambiando y cada vez son más las personas que sufren este tipo de enfermedades en España.
En concreto las enfermedades más comunes son leishmaniosis, malaria o dirofilariosis, y principal se producen en la Península Ibérica y las Baleares.
Estas enfermedades tradicionalmente se presentan más comunes en países del sur, especialmente en el continente africano, donde las temperaturas son muchos mayores que en Europa. Pero el cambio climático está afectando y por ejemplo, este verano ha sido bastante calurosas en toda España, incluido en zona del norte del país que han sufrido temperaturas, en muchos casos, mayores de las habituales.
Los mosquitos que transmiten la malaria podría modificar sus hábitos para eludir las mosquiteras
Una investigación llevada a cabo por el Instituto de Investigación para el Desarrollo en Monpellier (Francia) ha observado que los mosquitos que transmiten la malaria podrían estar modificando sus hábitos horarios a la hora de picar para eludir las barreras que les evitan llegar a trasmitir el parásito.
Esta es la principal conclusión de un estudio realizado en dos aldeas africanas, que hace tres años empezaron a usar mosquiteras para combatir la malaria. Tras el primer año se pudo observar que los mosquitos locales parecían cambiar sus hábitos de picadura para de eludir las mosquiteras tratadas con insecticida.
Así, pudieron comprobar que los mosquitos parecían cambiar sus horas «pico de agresión» de las 2.00 o 3.00 horas a las 5.00 horas; además aumentaron las picaduras al aire libre. Las picaduras exteriores representaban el 45 por ciento de todas las mordeduras en un principio, pero aumentó al 68 por ciento un año después y el 61 por ciento después de tres años.