El Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil de Madrid, se encuentra investigando el hallazgo de dos primates, dos monos titis, que a lo largo del último semestre y de forma independientes han sido abandonados a las puertas de clínicas veterinarias, situadas en la capital de España.
La primera intervención tenía lugar en abril de, donde tras recibir la llamada del propietario de una clínica, se constataba que había un mono de pequeño tamaño el cual había sido abandonado a las puertas del establecimiento. Las primeras comprobaciones, destaparon que el animal carecía de microchip y por lo tanto de cualquier dato identificativos que permitiera identificar al propietario y la procedencia del animal.
El animal, fue trasladado a la Fundación AAP-PRIMADOMUS, situada en Alicante, en el marco de colaboración que la Guardia Civil tiene con esta entidad.
El pasado mes de Agosto, el SEPRONA volvía a recibir una llamada, en esta ocasión de una clínica veterinaria distinta, manifestando que habían localizado a las puertas del establecimiento un mono de reducido tamaño. A su llegada, los Agentes pudieron comprobar que el primate carecía de microchip, por lo que no se podía localizar a su propietario.Los monos localizados pertenecen a las especies Titi Pigmeo, “cebuella pugmaea” y Talopin “Miopithecus talopin”, ambos incluidos en el Convenio Internacional de Especies Amenazadas, por lo que los propietarios que han abandonado a los animales, podrían incurrir en un delito de tráfico de especies y contrabando, además de un delito de maltrato animal.
Así mismo, la Ley 4/2016 relativa a los animales de compañía de la Comunidad de Madrid, establece explícitamente que la tenencia de primates por particulares, está prohibida fuera de zoológicos o recintos expresamente registrados.
El SEPRONA recuerda y recomienda a los ciudadanos que antes de adquirir una mascota exótica, se informe de la legislación, así como de las licencias y permisos necesarios para su tenencia, y así evitar el abandono de los animales, los cuales pueden producir graves daños medioambientales, además de perjuicios económicos, molestias vecinales, y deterioro medioambiental.
