El turismo de negocios es un concepto que ya se ha extendido y democratizado con creces. La capital es uno de los lugares que más reuniones y convenciones atrae y, por ello, la oferta de hoteles para alojarse en Madrid es muy variada, sobre todo, en cuanto a ubicación.
El centro neurálgico de los viajes de negocios suele ser IFEMA o el Palacio de Congresos. Ferias como Fruit Attraction (para empresas y organizaciones del sector de frutas y hortalizas) o Meat Attraction (del sector cárnico), en este octubre, son sólo un ejemplo. Luego llega Biocultura que empieza a marcar el fin del año y el inicio de uno nuevo con Fitur.
Precisamente, suele ser ésta la feria que más movimiento genera, tanto para la institución ferial como para la ciudad de Madrid. El turismo llama al turismo desde el turismo. Es en Fitur donde se presentan las ofertas de viaje, las marcas de países renovados, los destinos más golosos vistos desde la cultura, la gastronomía y las costumbres del país que se va a visitar.
Fitur es capaz de reiventarse cada año sin que pierda interés. Es capaz de adaptarse a las tecnologías, a los wereables incluso para hacer una mayor experiencia al visitante, al visitante de la feria y al futuro visitante del país que se está promocionando. De hecho, Fitur y Segittur ya han convocado la V Edición de “The AppTourism Awards”.
Según las cifras de la propia organización, la pasada edición de Fitur batió todos los récords, tanto en número de expositores como de visitantes, de muchos países distintos. Para la ciudad de Madrid, esto supuso, en términos económicos, un impacto de más de 240 millones de euros, un número que no puede dejar indiferente.
En este sentido, visitaron la feria 245.000 personas. Éstas ya no sólo acudieron a IFEMA, si no que tuvieron la oportunidad de conocer la ciudad. Cabría realizar un estudio sobre las preferencias de la ubicación de los alojamientos, si más cerca de la feria o más cerca del corazón de la ciudad que la alberga.
En todo caso, con independencia de uno u otro, Madrid ofrece al visitante un gran abanico de posibilidades: una oferta cultural sin parangón en lo que se llama el Triángulo del Arte (Museo del Prado, Reina Sofía y Museo Thyssen-Bornemisza, sin menospreciar al Caixa Forum, donde se pueden ver exposiciones y asistir a encuentros muy interesantes); un paseo por la calle Alcalá hasta llegar a Sol y seguir hasta la plaza Mayor; las tiendas y comercios de la Gran Vía o el Barrio de Salamanca; el recuerdo de la movida de los 80 por los bares de Malasaña; la gastronomía, los carismáticos lugares de Huertas, la multiculturalidad de Lavapiés.
Todo esto (y mucho más) es lo que también emociona a quien viene de visita por negocios. No siempre se tiene todo el tiempo que si quisiese a disposición, pero alguna de estas cosas se disfrutan, aunque sea un instante. Y no sólo, también se cuentan al regreso, invitando a otras personas a que también visiten y aprovechen la estancia en Madrid.
