Prohibir los deberes no es la solución

En los últimos meses se ha intensificado la batalla contra los deberes. Organismos internacionales como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) han alertado sobre los efectos negativos de esta actividad.

La OCDE ha alertado en varias ocasiones, la última el pasado febrero, de que los deberes que se hacen en el sistema educativo español son excesivos y no mejoran el nivel de rendimiento escolar. Por su parte, un estudio publicado por la OMS el pasado abril aseguraba que los niños en etapa escolar se sienten «presionados» por estas actividades. Este estrés, según el organismo, tiene efectos negativos sobre la salud. «Provoca que sean más frecuentes problemas como dolor de cabeza, dolor abdominal, dolor de espalda y mareos, y síntomas psicológicos como tristeza o nerviosismo», asegura el informe.

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© David Martín

Los deberes pueden ser útiles

«Prohibir los deberes no es la solución. La mayoría de prohibiciones suelen generar situaciones extremas que no son recomendables», asegura el profesor de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación Albert Sangrà. Según el experto, los deberes pueden ser útiles en determinadas circunstancias, siempre y cuando los entornos familiares sean propicios, para que los padres vean qué trabajan sus hijos en la escuela o para generar un espacio de diálogo a partir de las dudas que los niños puedan tener.

«Se deben poder incluir ratos de actividad en casa, pero no precisamente en forma de hojas llenas de divisiones o de actividades de libro de texto», explica Bautista. «Permiten fomentar una formación más integral y el desarrollo de responsabilidades», defiende. En ese sentido, insiste en que no deben dejarse en manos de los niños y las familias los contenidos curriculares más clásicos que no se hayan podido trabajar en la escuela, porque se desvirtúa el objetivo fundamental de la educación y se convierte el espacio de trabajo en casa en un momento angustioso, «en una especie de entrenamiento para que los niños mejoren lo que no saben hacer bien».

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© M. Martin Vicente

No deben robar horas de sueño

Lo importante según los expertos es determinar la función que deben tener y que el tiempo que se destine a ellos sea «razonable». Los alumnos españoles de 15 años dedican 6,5 horas a la semana a hacer deberes en casa; son 2,5 horas más que las 4 recomendadas por la OCDE. Para Bautista, debe ser un tiempo que no cree angustia, y no quite horas de sueño ni tiempo para otras actividades, como la deportiva. Para Sangrà, todo lo que supere una hora de trabajo añadido al horario escolar es excesivo hasta los 12 años.  

¿Deberes en verano?

El otro eterno debate es si se deben hacer este tipo de prácticas durante el periodo estival. El verano pasado se hizo viral el listado de deberes que puso un profesor italiano, Cesare Catà, entre sus alumnos de secundaria del Instituto de Ciencias Humanas Don Bosco situado en Las Marcas. Entre las actividades figuraban que bailaran, que caminaran por la orilla del mar o que fueran felices. Siguiendo la línea de este docente, los expertos de la UOC defienden que las vacaciones son vacaciones y se deben evitar formatos clásicos como los cuadernos de verano. Batista matiza que las vacaciones son precisamente un momento para aprender de forma diferente al resto del año.

Aurora Cancela Pérez
Aurora Cancela Pérezhttps://www.cronicanorte.es
Aurora Cancela Pérez, periodista, licenciada en Ciencias de la Información y vecina de Colmenar Viejo. Es redactora en Crónica Norte desde 2017. Apasionada de la información local y los viajes.

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