En 2017, la ONU estimaba que se descarta casi un tercio de toda la comida producida, de la que 1,3 gigatoneladas es comestible (una gigatonelada equivale a mil millones de toneladas).
Un análisis reciente muestra como un tercio del desperdicio de alimentos comestibles desperdiciados a nivel mundial se produce antes de llegar a las fábricas y una quinta parte proviene de nuestros platos y nuestras neveras. Esto significa que casi la mitad de toda la comida desperdiciada se produce durante la manufacturación, distribución y venta.
Los productores de alimentos consideran normal que se produzca aproximadamente un 5 % de desperdicios durante la producción y solamente en el Reino Unido existen más de 8.000 productores de alimentos que trabajan en 9.500 plantas de producción.
Desperdicios de comida durante la producción
Una de las principales razones por las que se producen desperdicios de comida durante el proceso de producción es la falta de eficacia, según los investigadores. Sin embargo, tenemos que tener en cuenta dónde se producen estas ineficiencias y si se pueden evitar.
Por ejemplo, en una línea de producción de platos precocinados puede que haya varias máquinas para producir diferentes partes del plato. Si ocurre un problema en una de esas máquinas el sistema no se detiene y la comida sigue llegando pero se desvía a la basura. Es más eficiente en términos económicos y de recursos perder estos alimentos que detener la producción durante unos minutos, por lo que algo que puede ser ineficiente a nivel técnico también puede ser eficiente a nivel de alimentos y mano de obra.
Si por ejemplo en una fábrica se producen alimentos con algún tipo de alérgeno, como cereales de desayuno con frutos secos, y es necesario cambiar la cadena para producir un cereal sin frutos secos, la línea de producción tiene que estar funcionando durante un periodo significativo de tiempo hasta que el nuevo producto pueda ser considerado como libre de frutos secos.
Calibrado de las máquinas
El desarrollo de un nuevo producto también puede suponer más desperdicios porque es necesario calibrar el proceso de producción y preparar la maquinaria hasta asegurar que el alto volumen de producción cumple con las características de sabor y calidad que habían sido planeadas a pequeña escala. También es necesario que las máquinas funcionen el tiempo suficiente hasta que se asegure que las cantidades y el etiquetado son correctos, etc.
Existe un creciente interés público por la cantidad de comida que se desperdicia y la redistribución del excedente alimenticio cada vez es algo más común. Es cierto que las nuevas políticas fiscales, las normativas y los estándares industriales podrían hacer que los fabricantes de alimentos opten por ayudar a utilizar este excedente para alimentar a otras personas y que no acabe en la basura o enviado para digestión anaerobia. A pesar de ello, solamente las regulaciones y las normativas no son suficientes para garantizar que estos alimentos acaben en las bocas de la gente.