Con la llegada del invierno y más concretamente de las bajas temperaturas, aumenta la prevalencia de las enfermedades cardiovasculares hasta en un 20%. Esto se debe a algunas razones que han explicado científicos y cardiólogos.
Hace a mucho tiempo que los científicos constataron que las enfermedades cardiovasculares variaban según la estación del año. Con las bajas temperaturas aumenta la secreción de la catecolamina, una hormona responsable del incremento de la frecuencia cardíaca, según un estudio publicado en el North American Journal of Medical.
A su vez, eso provoca una subida de presión arterial, el colesterol y el fibrinógeno en sangre, la proteína responsable de la formación de coágulos.
«El incremento de la presión arterial y el colesterol, junto con una vasoconstricción de las arterias coronarias y de los vasos del cerebro provocada por el frío, puede desencadenar un infarto o ictus, dependiendo de la zona obstruida», asegura el doctor Alejandro Berenguel Senén, miembro de la Fundación Española del Corazón.
Eroski Consumer se ha hecho eco de otras investigaciones que también revelan que el frío hace más vulnerables a quienes sufren de alguna enfermedad cardiovascular si no lo combaten de forma adecuada.