Según la US Federal Science Agency, en 2015 se produjo el mayor incremento anual de concentración de CO2 desde que existen registros. Esto no hace más que indicar que el cambio climático se acelera cada vez más. Dos de sus principales causas son la quema de combustibles fósiles y el fenómeno atmosférico de El Niño.
La publicación de la US Federal Science Agency indica que en la estación de medición de Mauna Loa (Hawai) se registraron la semana pasada 403,50 ppm. Se estima que la concentración máxima de Gases del Efecto Invernadero en la atmósfera debe ser inferior a 450 ppm, por lo que los países desarrollados deberían reducir sus emisiones en 2020 alrededor de un 30%, con respecto a las emisiones de 1990, y entre el 80% y el 95% en 2050. Esto significa una transformación radical de nuestros modelos energéticos y productivos.
El daño de la industrialización al medio ambiente
La revolución industrial y el aumento de las emisiones de gases invernadero causadas por el hombre han hecho que alcancemos este punto crítico, ya que hasta entonces la temperatura global de la Tierra se había mantenido constante.
Pero el calentamiento global no es el único impacto ambiental derivado de la industrialización, sino que la actividad humana tiene otros múltiples efectos dañinos para la sostenibilidad del medio ambiente: agotamiento de recursos (combustibles fósiles, suelo, etc.), toxicidad (del aire principalmente), agotamiento de la capa de ozono (debido a la combustión de los motores), ozono troposférico o ‘smog’ fotoquímico, ruido, etc.
Compromisos internacionales para parar el cambio climático
Todo ello apunta a la necesidad de desarrollar un nuevo modelo energético basado en el desarrollo sostenible. De hecho, el objetivo que se ha marcado las Naciones Unidas y que pretende cumplir el acuerdo firmado recientemente en la COP21 es parar el incremento de la temperatura media en el máximo de 2º C que ya parecen inevitables. Ya hemos entrado en el umbral (por encima de 400 ppm) donde existe más de un 50% de posibilidades de que la temperatura de la Tierra aumente 2ºC y adentrarnos en un territorio inexplorado donde el clima puede quedar fuera de control.
Con el agravamiento de la situación, España adquirió el compromiso en el Protocolo de Kyoto de no aumentar las emisiones más de un 15% en el periodo 2008-2012 respecto al año base de 1990, objetivo que no cumplió hasta 2013.
