El ayuno intermitente es un hábito que está calando entre las personas dispuestas a perder peso, una técnica novedosa que se está haciendo popular, y que puede conllevar algunos riesgos.
Se trata de modificar horarios de ingesta de alimentos de manera tal que queden al menos unas 12 horas de ayuno para nuestro organismo.
Qué saber sobre el ayuno intermitente
El ayuno intermitente no es una dieta en sí sino un protocolo de alimentación que pretende limitar las horas del día en que ingresan calorías al cuerpo. Así, se establecen 12 horas de ayuno y 12 de ingesta o más de ayuno como es el caso del protocolo 16/8, uno de los más usados para adelgazar.
Además de haberse comprobado los beneficios de este método para perder peso, se reconocen sus efectos positivos sobre la salud del organismo siempre y cuando se aplique de forma adecuada.
Aunque no es un método que a todos les resulte favorable, consiste en no ingresar calorías durante las horas de ayuno (12 o más), durante las cuáles sólo se pueden ingerir líquidos como agua, agua con gas o infusiones sin azúcar ni otros nutrientes que aporten energía.
¿Cuándo comer?
Durante las horas de ingesta, se permite realizar dos a tres comidas que se aconseja sean de buena calidad, pues una de las razones por las cuales el ayuno intermitente contribuye a perder peso es la reducción de las calorías diarias que ofrecemos al cuerpo.
Uno de los errores más frecuentes de este popular hábito es y que puede entorpecer el adelgazamiento es pensar que durante las horas de ayuno podemos atiborrarnos de comida basura.
La realidad es que se recomienda escoger preparaciones de buena calidad nutricional sin importar demasiado el tamaño de las ingestas.
Serán así recomendables platos completos nutricionalmente y saciantes sobre todo para la última comida del día que antecede al ayuno de al menos 12 horas.
Azúcar y otros alimentos fuera de la dieta
También es fundamental quitar azúcares libres o añadidos de nuestras preparaciones, evitar el alcohol y el uso de sal, así como no emplear frituras como método de cocción sino otras alternativas más sanas.
Para ello, es aconsejable incluir frutas y verduras diversas en cada comida, así como escoger fuentes de proteínas magras que pueden ser carnes frescas o pescados, huevo o bien, ingredientes vegetales como legumbres, granos enteros, frutos secos o semillas.
Grasas de buena calidad no deberían faltar porque además ser beneficiosas para perder peso pueden impactar positivamente en la salud del organismo. Éstas podemos obtenerlas de pescado azul, frutos secos o semillas o bien, aguacate, aceitunas o aceite de oliva extra virgen.