El aceite de palma se ha convertido en una de las materias primas más usadas a nivel global, se utiliza en la elaboración de una gran cantidad de productos de la industria alimenticia y cosmética.
Se trata de un aceite es muy rico en grasas saturadas, por lo que está lejos de ser una alternativa idónea desde el punto de vista del equilibrio nutricional, OCU aconseja no abusar de él. Cuando se pueda se recomienda consumir aquellos productos elaborados con aceites de oliva o girasol ya que son más saludables.
Recientemente ha habido cierta polémica sobre una serie de contaminantes presentes en algunos aceites de Palma, que han creado cierta alarma en cuanto a la seguridad de este producto. En concreto se trata de los compuestos 3MCPD, 2MCPD y el GE, estos han sido clasificados como posibles cancinogénicos para las personas y probables en el caso del GE. Es importante destacar que este tipo de contaminantes no están exclusivamente en el aceite de palma, ya que también aparecen en otro tipo de aceites vegetales refinados como el aceite de soja o maíz, aunque bien es cierto que en estos últimos en cantidades inferiores. Por lo tanto se pide a las administraciones una especial vigilancia independientemente del tipo de aceite.
La EFSA (European Food Safety Authority) ha establecido ya niveles de seguridad para estos contaminantes en alimentos, aunque en OCU preocupa especialmente la presencia de los mismos en alimentos para bebes, menores de 6 meses, que se pueden ver sobreexpuestos al solo alimentarse de leches infantiles en sus primeros meses de vida.
Un aceite económico presente en una gran variedad de productos
Al ser un aceite económico y versátil se puede encontrar en una gran variedad de productos: coberturas para postres, cremas de cacao, pasteles, platos preparados, patatas fritas, productos de aperitivos, helados, salsas, productos de limpieza, cosméticos o velas. Esto explica el incremento de su uso en todo tipo de productos, lamentablemente este uso generalizado conlleva un gran impacto social y ambiental para su producción.
Los países tropicales donde se produce principalmente aceite de palma son Indonesia y Malasia donde se concentra el 85% de la producción mundial, aunque se pueden encontrar cultivos en multitud de países como Papua, Colombia, Tailandia, Camboya, Brasil, etc.
Deforestación a causa del aceite de palma
Por desgracia los efectos de la expansión de cultivos intensivos dedicados exclusivamente al aceite de Palma han afectado a la deforestación de los bosques tropicales según datos de la UNEP (Programa medioambiental de Naciones Unidas), apropiación de tierras autóctonas, abusos de derechos humanos y daños a las especies locales como tigres, elefantes y orangutanes. Es habitual que los trabajadores de las plantaciones del Sureste asiático cobren por debajo del salario mínimo o que trabajen gratis para alcanzar la cuota familiar. La creación de nuevas plantaciones comporta a menudo la violación de los derechos territoriales de las comunidades indígenas, su desplazamiento no consentido o la pérdida de acceso a sus recursos tradicionales. El gran reto para poner freno al tremendo impacto que estos cultivos tienen en la vida y economía de las comunidades autónomas, donde se pierde su modo de vida tradicional, sus tierras y biodiversidad, es conseguir que el aceite que se consuma provenga de cultivos sostenibles.
A pesar de los esfuerzos de diferentes organizaciones únicamente el sello RSPO certifica que se produce de manera sostenible. Y sin embargo, muchas marcas no lo lucen en el producto, por lo que el consumidor no siempre dispone de esta información en el momento de la compra.
El Banco HSBC se va a desvincular de las empresas de producción del aceite de palma
La nueva política anunciada por este banco dice que no volverá a financiar empresas implicadas en cualquier tipo de deforestación de bosques de turbera.
En los últimos cinco años HSBC ha estado formando parte de los consorcios bancarios que han otorgado 16.300 millones de dólares en préstamos a seis empresas dedicadas a la producción de aceite de palma y cuyas operaciones forestales habían supuesto la destrucción de enormes extensiones de selva tropical, la desaparición de enormes áreas de turberas —grandes almacenes de carbono— y la destrucción del hábitat del orangután, especie en peligro de extinción.
Estas empresas operan sin permisos legales, provocando conflictos con la población local, son responsables de malas condiciones laborales y utilizan trabajo infantil.
Pero aún quedan más bancos internacionales que prestan apoyo financiero a estas empresas implicadas en la destrucción de la selva de Indonesia a través de la plantación y producción de aceite de palma.
La OCU pide vetar el aceite de palma
OCU considera que los fabricantes de productos de consumo deberían vetar el aceite de palma producido de manera no sostenible y garantizar al consumidor el respeto de unos mínimos medioambientales y sociales. OCU demanda la obligación de indicar claramente en la etiqueta la procedencia del aceite de palma y si cumple con las exigencias de sostenibilidad, al igual que aquellas empresas que utilizan aceite de palma de procedencia sostenible lo indiquen en su etiquetado.
De esta forma se facilita a los consumidores la información necesaria a la hora de tomar decisiones de compra responsables con el medioambiente y así poder optar por productos que garanticen que se han respetado los principios de sostenibilidad en su consumo.