Se estima que el coste anual en Europa de la exposición a pesticidas disruptores endocrinos sobre el cerebro infantil asciende a 136.000 millones de euros. Expertas y expertos advierten de la relación entre la exposición a químicos de daños en el desarrollo cerebral y enfermedades como la leucemia.
Representantes del mundo de la medicina, la política y el derecho se dieron cita ayer en la sede del Parlamento Europeo en Madrid para hablar de las consecuencias sobre la salud del uso de pesticidas. Se estima que el coste de las consecuencias sobre el desarrollo del cerebro infantil asociado a la exposición a pesticidas disruptores endocrinos asciende a 136.000 millones de euros anuales en Europa. Según se puso de manifiesto durante la jornada los riesgos no están únicamente asociados a exposiciones agudas, sino también a exposiciones más bajas de manera prolongada. Daños en el desarrollo cerebral, leucemia o infertilidad son algunos de los trastornos asociados al contacto continuado con estos tóxicos. En el acto se pudo escuchar en primera persona el testimonio de varias víctimas, personas que han enfermado después de una sobreexposición con agroquímicos. El tema cobra especial relevancia si tenemos en cuenta que España es el mayor consumidor de pesticidas en toda Europa.
«Quiero abrazarte y no puedo». Así describe Itziar su situación a raíz de la exposición a los plaguicidas que se empleaban en la floristería donde trabajaba su madre, donde pasaba varias horas todos los días al salir del colegio. Su gran retraso psicomotor, sus dificultades de aprendizaje, su fatiga, sus intolerancias a alimentos y los movimientos convulsivos que comenzó a tener con cinco años sólo mejoraron cuando dejó de exponerse a las sustancias químicas que la rodeaban, lo que la obligó a cambiar de hábitos (empezando por no pisar la floristería) y a dejar de tener contacto con amigos y familiares que no siguieran un estricto protocolo de evitación de productos químicos nocivos.
Judith, Ingeniera Técnica Agrícola, comenzó a tener problemas en su trabajo a los 30 años. Sufrió varias bajas por enfermedad debido a la exposición continua a los plaguicidas con los que trabajaba en su empresa, que finalmente la despidió porque su débil salud no le permitía desarrollar su trabajo normalmente. Su diagnóstico: sensibilidad química, fibromialgia y síndrome de fatiga crónica, algo que tuvo que defender en los tribunales ante la negativa de su empresa a responsabilizarse de lo sucedido. Según Judith, «detrás de cada persona expuesta y enferma a causa de los pesticidas hay un historia, a menudo dramática, que acaba en los tribunales médicos pidiendo a gritos un reconocimiento administrativo».
Uso preventivo
Durante el acto se denunció el uso de pesticidas de manera preventiva, «aun cuando la Comisión Europea establece que el uso de estas sustancias debe de ser siempre la última opción». Así lo recordó Carlos de Prada, presidente de la campaña Hogar sin tóxicos de la Fundación Vivo Sano». Los trastornos asociados al uso de estas sustancias son muchos: infertilidad, cáncer de mama o próstata, leucemia… Según recordó Carlos de Prada, el coste anual en Europa del tratamiento de trastornos sobre el desarrollo neuronal infantil derivado de exposición a disruptores endocrinos asciende a 136.000 millones de euros anuales.
Más allá de las estimaciones, esta realidad se está reflejando de manera clara en las consultas. Según explicó la doctora Pilar Muñoz Calero, presidenta de la Fundación Alborada, el autismo es un ejemplo claro de que algo está sucediendo a nuestro alrededor: cuando en el 1975 teníamos un caso por cada 5.000 personas, hoy estamos hablando ya de un caso de cada 40-45 niñas y niños. Aproximadamente un niño o una niña de cada clase en primaria presenta una enfermedad del espectro autista. «La incidencia del autismo es muy preocupante pero se observan claras mejorías en su salud cuando hay evitación de los tóxicos presentes en el ambiente. En enfermedades como esta se buscan las causas en la genética pero en muchos casos no es así, hay que ir a la epigenética, a cómo los factores ambientales regulan la expresión de los genes», subrayó.
En palabras de la doctora Muñoz Calero, la infancia constituye la población de mayor riesgo junto con las mujeres embarazadas. Las características que más vulnerables los hacen son su forma de jugar, de llevarse los juguetes a la boca, el estar en el suelo continuamente, su ritmo de respiración más rápido… En el caso de los plaguicidas, se observa que los niños y las niñas que tienen un jardín tratado con pesticidas químicos presentan un riesgo 6,5 veces mayor de padecer leucemia infantil que aquellos niños y aquellas niñas que no tienen jardín o que no lo tratan.
Presentación de dos nuevos informes
Durante el acto se presentaron dos informes: ’No Brainer ’, de la organización CHEM Trust, sobre los efectos de sustancias químicas cotidianas sobre el neurodesarrollo infantil, y ’Directo a tus hormonas’, de Ecologistas en Acción, una guía sobre los residuos de plaguicidas en alimentos españoles. Kistiñe García, responsable de la campaña Libres de contaminantes hormonales de Ecologistas en Acción, denunció la presencia masiva de estas sustancias en los alimentos que consumimos en España. Como ejemplo citó las peras, que contienen 46 sustancias químicas diferentes de los que 16 son disruptores endocrinos, o las manzanas, que contienen 32 pesticidas diferentes de los que 13 son disruptores endocrinos.
El informe ’No Brainer’ subraya la incómoda realidad de niños y niñas continuamente expuestos a un cóctel de sustancias químicas que pueden actuar de forma conjunta, algo que está siendo ampliamente ignorado por las leyes de seguridad frente a sustancias químicas. Propone una serie de políticas que podrían ayudar a afrontar este reto. Por ejemplo, una acción regulatoria más rápida sobre grupos de compuestos químicos similares y el desarrollo de nuevos métodos de identificación de productos químicos de riesgo.
También se ha prestado atención a las distintas iniciativas por la reducción del uso de plaguicidas, como la Iniciativa Ciudadana Europea #StopGlifosato, un herbicida cuya reautorización en la Unión Europea está en entredicho. Esta acción es coordinada por la organización WeMove y, aunque va camino de las 700.000 firmas en toda Europa, se necesita superar el millón antes del verano, motivo por el cual es importante la difusión de esta iniciativa.
Objetivos concretos
Otra iniciativa es la propuesta para el establecimiento legal de objetivos de reducción del uso de pesticidas en España, promovida por la Fundación Vivo Sano y Fodesam, que ha contado con el apoyo de las principales organizaciones ambientales españolas. Esta propuesta busca servir de base para que las autoridades y las fuerzas políticas promuevan planes específicos con objetivos concretos y plazos concretos contemplados por ley, con vistas a disminuir el uso de estas sustancias en nuestro país.
Cerró el acto José Esquinas, Premio FAO 2012 tras haber trabajado más de 30 años para la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, quien afirmó: «La reciente fusión de grandes corporaciones agroindustriales y el peligroso control internacional que las mismas ejercen sobre las semillas y los agroquímicos hace hoy más necesario que nunca un tratado internacional que regule y elimine el uso de pesticidas peligrosos y avance hacia métodos agrícolas sostenibles, ecológicos y saludables».
Las cuatro entidades organizadoras, Fundación Alborada, Fundación Vivo Sano, Ecologistas en Acción y Movemos Europa, pretenden con este acto poner de relieve el grave problema de salud pública que supone el uso generalizado de plaguicidas a todos los niveles y la necesidad de dar paso a alternativas que permitan una convivencia óptima del ser humano y el entorno natural. Esta jornada pone fin a los eventos de la Semana sin Pesticidas que se celebra cada año con la llegada de la primavera en 20 países de todo el mundo.