El motor de cualquier vehículo que funcione a base de gasolina o diésel, necesita aire en la cámara de combustión para poder conseguir una combustión ideal que provoque el movimiento del resto de piezas del motor para que, finalmente, el vehículo se ponga en marcha y acelere. Igual que en el resto de elementos que participan en este proceso, la calidad del aire es clave para conseguir un rendimiento perfecto del motor y alargar al máximo la vida útil de todas sus piezas. El principal encargado de que en el aire que entra en el motor esté limpio de elementos contaminantes es el filtro de aire.
El filtro de aire consiste en una carcasa que contiene un elemento filtrante fabricado en celulosa y materiales semisintéticos. Este filtro permite pasar el aire que se dirige al motor mientras atrapa las partículas que pueden contaminar el interior del motor.
Si el filtro se encuentra en malas condiciones, el motor puede presentar ciertos síntomas que son indicativo de que es necesario revisar este filtro
- Un consumo de combustible más elevado de lo habitual puede ser indicador de que el filtro de aire no deja pasar suficiente aire al motor, teniendo que utilizar éste más combustible para compensarlo.
- Si se detecta que el coche emite unas emisiones más oscuras, es posible que haya partículas que están pasando al motor y quemándose en el proceso de combustión. Este es un síntoma importante que debe ser tratado con relativa urgencia.
- La falta de potencia al acelerar quiere decir que el filtro no permite pasar suficiente aire y, por lo tanto, el rendimiento del motor se ve afectado.
- Problemas de arranque en el motor. Si el filtro no se encuentra en buenas condiciones, es posible que se produzca suciedad en la cámara de combustión, esta suciedad se acumula en la bujía impidiendo que pueda provocar la chispa necesaria para arrancar el motor.
- Si se escuchan sonidos extraños también es recomendable comprobar el estado del filtro.
- Un síntoma que también puede venir de un filtro de aire en mal estado es que se encienda la luz de advertencia del motor en el salpicadero.
Es por todas estas razones que llevar un mantenimiento adecuado del filtro de aire es una labor necesaria para el buen funcionamiento de todo el vehículo. La frecuencia con la que es necesario llevar a cabo su sustitución puede depender mucho del entorno por el que se conduzca el coche. Sin embargo, de forma general es posible decir que es necesario sustituir el filtro de aire del coche cada 10.000 o 15.000 kilómetros.
Para llevar a cabo este proceso hay que seguir unos sencillos pasos.
1. Encontrar dónde se encuentra localizado el filtro de aire. Para ello hay que seguir el tubo de admisión hasta encontrar su carcasa.
2. Abrir la carcasa y extraer el filtro. Hay que abrir la carcasa abriendo los cierres y extraer el filtro fijándose en la posición en la que está colocado.
3. Limpiar y aspirar toda la carcasa.
4. A continuación, toca colocar el nuevo filtro de aire. Hay que colocarlo teniendo en cuenta la misma posición en la que estaba colocado el filtro anterior.
5. Finalmente, se debe volver a cerrar la carcasa y asegurarse de que queda fija y bien cerrada para evitar problemas.
