El Sindicato de Enfermería de Madrid ha felicitado a la presidenta Cristina Cifuentes por la gestión directa de los hospitales aunque afirman que hay que optimizar las plantillas y recuperar los derechos perdidos.
El anuncio de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, de que el SERMAS gestionará de forma directa los seis centros hospitalarios que hasta la fecha lo estaban por empresas públicas ha sido calificado por José Manuel Freire Calvo, Secretario General de SATSE Madrid, como “excelente, teniendo en cuenta que la postura del Gobierno autonómico parece que es acabar con los modelos privatizadores en la sanidad pública madrileña”.
Estamos de acuerdo, ha apuntado José Manuel Freire Calvo, en las formas pero no en el tiempo.
“Esto tenía que haberse hecho desde un principio, ya que no tenía razón de ser la coexistencia de ambos regímenes, sobre todo cuando profesionales y ciudadanos hemos reclamado desde hace años que era el SERMAS el único que tenía que gestionar los hospitales públicos de la Comunidad”
En este sentido, desde SATSE Madrid se recuerda que esta era una de las demandas de esta organización al Gobierno de la Comunidad de Madrid, junto a otras como la recuperación de las retribuciones, la jornada de 35 horas, la puesta en marcha y reactivar la Carrera Profesional para todos los profesionales sanitarios del SERMAS, la optimización de plantillas enfermeras o avances en la conciliación familiar.
Enfermería Especialista
Respecto al resto de temas anunciados por la presidenta, desde SATSE Madrid se valora, también de forma positiva, la creación de la figura de enfermera especialista
“Aunque con crearla sólo no basta. Ahora hay que ver cuáles se desarrollan y, sobre todo, crear los puestos de trabajo donde han de realizar su labor asistencial”.
No obstante, año tras año, la Comunidad de Madrid ofrece la posibilidad de formarse como enfermera especialista (a través del EIR) a más de un centenar de profesionales de enfermería que cuando finalizan su formación sólo tienen una salida, seguir en su puesto de trabajo como enfermera generalista o acabar en el paro, puesto que en Madrid no pueden desempeñar la labor para la que han sido formadas durante dos años.
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