La prevalencia en aumento de la obesidad representa un importante desafío para la salud pública española y más aun cuando los propios médicos que tratan pacientes con este problema trabajan rodeados de alimentos poco saludables.
Alrededor de un 62% de la población adulta padece sobrepeso u obesidad, mientras que en la población infantil este porcentaje supera el 38%, uno de los índices más altos de la Unión Europea.
La Asociación de Residentes de Medicina Preventiva y Salud Pública (ARES) es una de las asociaciones de médicos que se han sumado a la batalla contra estas máquinas que ponen a disposición de cualquiera alimentos ricos en azúcares y grasas polisaturadas.
La obesidad aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2 y algunos tipos de cáncer (colorrectal, mama, páncreas, hígado, etcétera). En España, el exceso de peso es el primer factor de riesgo de morbilidad y el tercer factor de riesgo de mortalidad, tras la hipertensión arterial y el tabaquismo, responsable de casi 45.000 muertes anuales, más de un 10% del total. Además, el exceso de peso está asociado a un enorme coste social y económico, que se calcula en 5.000 millones de euros al año.
Disponibilidad de alimentos poco saludables
Esta epidemia es en gran parte atribuible a la enorme disponibilidad de bebidas azucaradas y alimentos ultraprocesados. Esto se suma al hecho de que las intervenciones médicas para tratar la obesidad son todavía inefectivas. Por lo tanto, en la obesidad “es mejor prevenir que curar”. Existe un creciente cuerpo de evidencia que considera fundamental alterar el “ambiente alimentario” que nos rodea.
Así pues, no deja de sorprender que en la situación actual existan bebidas azucaradas y alimentos ultraprocesados en máquinas expendedoras de nuestros centros sanitarios. Diversos organismos (Organización Mundial de la Salud, Universidad de Harvard, Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria) han señalado a estas máquinas expendedoras como potenciales puntos de actuación para mejorar nuestro ambiente alimentario. Es contrario a la ética médica y sanitaria que en los mismos centros donde se atiende a la salud de la población se suministren productos que contribuyen a enfermarla.
Por ello, desde ARES hacen un llamamiento a las autoridades sanitarias para que apliquen las siguientes propuestas:
- Evaluar la presencia de alimentos y bebidas poco saludables en las máquinas expendedoras de los centros sanitarios, atendiendo a la clasificación propuesta de perfiles nutricionales por la Organización Mundial de la Salud – Oficina Regional para Europa (5).
- Reemplazar los alimentos y bebidas en las máquinas expendedoras de los centros sanitarios por productos con un perfil nutricional saludable, según la clasificación anterior.
- Incluir en el pliego administrativo de licitaciones de máquinas expendedoras de los centros sanitarios la obligatoriedad de proporcionar alimentos con un perfil nutricional saludable.
- Evaluar y monitorizar el cumplimiento de esta medida en los centros sanitarios.