Consejos para mantener un hígado sano

Con motivo del Día Mundial de la Hepatitis, Cruz Roja Comunidad de Madrid, organización humanitaria de carácter voluntario fuertemente arraigada en la sociedad, informa sobre la gravedad e impacto de esta enfermedad y ofrece una serie de recomendaciones para evitarla.

¿Cómo puede prevenirse la hepatitis?

La vacunación es la forma más eficaz para su prevención. Existen vacunas para la hepatitis A y B.
En España, la vacunación contra la Hepatitis B está incluida en todas las Comunidades Autónomas en el calendario vacunal infantil.
Se recomienda la vacuna contra la Hepatitis A en algunas situaciones de mayor riesgo: viajeros a zonas endémicas con pocos recursos sanitarios, hombres que tienen contacto sexual con hombres, familiares y contactos de los enfermos…
Para prevenir la Hepatitis A, lo más importante en mantener unas buenas medidas de higiene (lavado de manos, evitar comer verduras crudas y frutas sin pelar, lavar y desinfectar las que vayamos a consumir crudas, lavar ropas y utensilios contaminados, adecuado manejo y eliminación de excretas…)
Mantener nuestro hígado sano

¿Qué puedo hacer para mantener un hígado sano?

Comer frutas y verduras crudas o poco cocidas que contienen antioxidantes: verduras de hoja y color verde oscuro, naranja, rojo o amarillo (brócoli, acelgas, espinacas, zanahorias, fresas, ciruelas, melón, frambuesas, moras, peras, manzanas…).
Beber al menos 2 litros/día de agua: ayuda a los riñones a eliminar las toxinas procesadas por el hígado.
Consumir bebidas y condimentos protectores del hígado: té verde, ajo, cebolla, boldo, eneldo, diente de león…
Evitar el abuso de alimentos ricos en grasas saturadas: embutidos, salchichas, carnes grasas, productos lácteos enteros, quesos curados, alimentos precocinados y/o fritos…
Controlar el consumo de bebidas alcohólicas. El alcohol es tóxico para el hígado.
Mantener un peso adecuado a la edad y tipo de constitución. Tener un índice de grasa corporal mayor al recomendado significa tener mayores depósitos de lípidos en el hígado, lo que supone un factor de riesgo para él.

Descienden los casos declarados de hepatitis A en toda España

A finales de 2015 existían en el mundo más de 325 millones de personas con hepatitis crónica, siendo el virus B su causa en el 80% de los casos y el virus C en casi el 20%. Estas cifras sólo representan la punta del iceberg del problema, porque se estima que se diagnostica un 10% de los casos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) se ha propuesto entre sus objetivos, erradicar la enfermedad en el año 2030.

El número de casos registrados en España durante los primeros seis meses del 2018 para el conjunto de las hepatitis (A, B y C) ha sido de 329, cifra considerablemente inferior a los 991 declarados en el mismo periodo del año pasado. Los casos diagnosticados en la Comunidad de Madrid durante lo que va de año ha experimentado una reducción similar a la del conjunto nacional. El virus de la hepatitis A sigue siendo el responsable de la mayor parte de los casos, con una proporción de casi un 70% del total.

La hepatitis es una inflamación del hígado que se puede curar espontáneamente o evolucionar hacia una lesión crónica. La causa más frecuente es la infección por virus, aunque también puede ser ocasionada por sustancias tóxicas como el alcohol, algunos medicamentos y otras drogas. Algunas enfermedades autoinmunes también pueden ocasionar hepatitis.

Hepatitis vírica

Como causa de la hepatitis vírica se han identificado cinco virus: A, B, C, D y E. No todos se adquieren de la misma manera, ni evolucionan igual. Los tipos A y E se transmiten generalmente por ingerir agua y/o alimentos contaminados, aunque también pueden contagiarse por vía sexual, siendo la principal forma de transmitirla en los países desarrollados. Los virus B, C y D se contagian a través de la sangre y ocasionalmente por otros humores corporales (semen, saliva…).

En ocasiones, cuando hay pocos o ningún síntoma, una hepatitis aguda puede pasar desapercibida. Algunas manifestaciones que pueden alertarnos de la infección son la coloración amarillenta de ojos o piel (ictericia), la orina oscura, sensación de cansancio intenso, náuseas, vómitos y/o dolor abdominal. La cronicidad de la hepatitis es la mayor causa de morbilidad y mortalidad de esta enfermedad. El cáncer de hígado secundario a una hepatitis crónica es el principal motivo de muerte.

A nivel mundial, la hepatitis C es la que origina un mayor problema de salud pública en constante aumento. En los países más pobres, su principal vía de contagio no es el contacto sexual, como ocurre en los países más desarrollados, sino la administración de inyectables o de prácticas quirúrgicas con materiales contaminados en entornos sanitarios poco seguros.

Aurora Cancela Pérez
Aurora Cancela Pérezhttp://www.cronicanorte.es
Aurora Cancela Pérez, periodista, licenciada en Ciencias de la Información y vecina de Colmenar Viejo. Es redactora en Crónica Norte desde 2017. Apasionada de la información local y los viajes.

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