Con motivo del Día Mundial de los Océanos, que tiene lugar el 8 de junio, Equalia ONG llama la atención sobre la estrecha relación entre la conservación de los océanos y el bienestar de los peces en la acuicultura
La organización Equalia ONG alerta de que el hacinamiento de peces estresados en granjas, con unas condiciones que impiden realizar sus comportamientos naturales, desemboca en enfermedades e incluso en la muerte de los animales. Esto se traduce en una baja eficiencia que requiere de mayor inversión de recursos en las granjas para obtener la producción deseada. Además, para controlar dichas enfermedades se usan medicamentos que contribuyen a generar más residuos químicos al océano y aumentan la pérdida de biodiversidad.
La alimentación de los peces todavía depende mucho de la pesca de otros peces para poder ofrecer un alimento equilibrado a las especies carnívoras que se crían. Teniendo en cuenta la importancia de garantizar la seguridad alimentaria a largo plazo, Equalia pide una una transición urgente hacia la producción de especies de bajo nivel trófico para garantizar una buena fuente de proteína para la población, sin acabar con los recursos marinos. Hay que recordar la estrecha relación entre el bienestar y la salud de los animales y el de las personas y los ecosistemas. Aumentar el bienestar de los peces y cuidar los ecosistemas marinos repercute positivamente en la calidad del producto y en la salubridad alimentaria.
Decálogo para una acuicultura sostenible de Aquatic Animal Alliance presentado en España por Equalia
- Buena calidad del agua: sin residuos derivados de altas densidades y alimentación poco eficiente.
- Bioseguridad: evitando escapes de peces para que no compitan con la fauna marina ni transmitan enfermedades.
- Control de enfermedades : reduciendo las densidades y supervisando el estado de salud de los animales.
- Poner fin a la resistencia a antibióticos: disminución del uso de antimicrobianos mediante prácticas que reduzcan el estrés y la propagación de enfermedades.
- Composición del pienso: mejor eficiencia mediante buenas prácticas que reduzcan la dependencia en harinas y aceites de pescado y fomentar producciones de bajo nivel trófico.
- Cambio climático: reducción de la dependencia en harinas y aceites de pescado para evitar el impacto que tienen los barcos y potenciar la producción de algas.
- Seguridad alimentaria: prohibición de prácticas que acaban con los recursos que son fuente de proteína de algunas poblaciones humanas.
- Salubridad alimentaria: la inversión en el bienestar de los peces obtiene animales con menos enfermedades y, por lo tanto, una mejor calidad del pescado.
- Salud del ecosistema marino: evitar escapes de peces de acuicultura y tener en cuenta el medio a la hora de poner medidas contra los posibles depredadores.
- Sustento para la población: fomento y ayudas a proyectos locales que realmente ayuden a la sostenibilidad y protejan el entorno.