Sanse da a sus vecinos la oportunidad de conocer este tipo de baile divertido, nada difícil y con música alegre, que es tendencia desde hace años en otras zonas de Madrid
El taller será el sábado 26 de febrero de 11:00 a 13:00h en el CC Blas de Otero (Pº de Guadalajara, 12) de San Sebastián de los Reyes con el profesor Fran Molina.
El precio es de 15 euros por persona y la pre-inscripción se puede realizar por correo: informacion@blasdeotero.org
Todos los niveles
- Calentaiento Charleston y variaciones individual
- Básico de 6 y 8 tiempos, pareja
- Especial slides individual y pareja
- Especial finales pareja
- Breaks individual y pareja
- Baile social
Lindy hop
El swing se puede bailar de diferentes maneras, como puede ser el Lindy Hop, El Charleston, el Balboa, el Shag o el Tap (claqué) entre otros. Todos nacieron de la cultura popular afroamericana alrededor de los años 20-30, y posteriormente se extendieron a Europa.
El más conocido y extendido de todos ellos fue el Lindy Hop, baile de pareja surgido de la evolución de varios bailes (Charleston, Texas Tommy, Cake Walk, Black Bottom…) en la sala Savoy Ballroom de Harlem Nueva York. Ésta sala, conocida como la mejor sala de baile del mundo, fue la primera que permitió la entrada de bailarines de color y en ella se vivió una época de esplendor de todos los bailes de la cultura afroamericana de aquella época.
La principal diferencia del Lindy Hop frente a otros bailes desarrollados hasta época fue la introducción de posiciones abiertas, conocidas como ‘Swing Out’. La denominación Lindy Hop proviene de un comentario de ‘Shorty’ George en una entrevista durante un concurso de baile en el Savoy. Al ser preguntado qué tipo de estilo bailaba, este respondió haciendo referencia al hito protagonizado por Charles Lindbergh (Lindy) que logro cruzar el Océano Atlántico en avión (hop, en inglés, salto).
El Lindy Hop es un estilo de baile de origen callejero que surgió en una época de gran depresión, en el que la diversión, musicalidad e improvisación son sus principales valores. Tal y como relataban bailarines de la época como Frankie Manning, en salas como el Savoy no importaba el color de la piel ni la posición social, solo se tenía en cuenta si la bailabas.
