El número de parados que dejó su empleo tres años antes o más aumentó un 48,6% en 2012, hasta alcanzar los 1.047.300, de tal forma que el peso de este colectivo sobre el total de desempleados alcanzó el 19,8%, porcentaje 4,4 puntos superior al de 2011, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) extraídos de la Encuesta de Población Activa (EPA).
Entre los parados que habían trabajado anteriormente, los de muy larga duración fueron los que más aumentaron en 2012 en términos cuantitativos, desde los 704.900 de 2011 a un total de 1.047.300, lo que supone un incremento de 342.400 desempleados.
La mayor parte de los desempleados existentes en 2012, año que se cerró con una media de casi 5,77 millones de parados, procedían en su mayoría de situaciones previas de empleo, de manera que más de la mitad, el 50,5%, dejó de trabajar en 2012 por haber finalizado su contrato.
El segundo motivo de peso para terminar en el desempleo fue el despido o la supresión del puesto de trabajo, incluyendo las regulaciones de empleo. En total, 1.140.400 personas se vieron de repente en el paro por alguna de estas razones, (43.000 más que en 2011), el equivalente al 21% del total de desempleados.
Los datos difundidos este miércoles por Estadística muestran además que una de cada tres personas, el 36,1%, trabajó en 2012 al menos un sábado al mes, porcentaje que supera en más de un punto al de 2011, mientras que el 4,4% trabajó un domingo al mes (una décima más) y el 16,4% lo hizo dos o más domingos (cuatro décimas más).
Por el contrario, el 61,2% de los ocupados no trabajó ningún sábado de 2012 y el 77,9% ningún domingo.
La EPA de 2012 también revela que el porcentaje de asalariados que fue contratado a través de una ETT se mantuvo en el 2,7% el año pasado, mientras que sólo un 1,6% obtuvo su empleo mediante la intermediación de una oficina de empleo público, nueve décimas menos que en 2011.