Belén Langdon, la joven vecina de Cobeña ingresada en el Hospital 12 de Octubre tras el aplastamiento en la fiesta del Madrid Arena, ha fallecido este sábado a las 08.50 horas, han informado fuentes hospitalarias.
Belén Langdon Real, de 17 años, no ha resistido, se hallaba en situación “muy crítica” y asistida por respiración artificial. Belen, donante de órganos, será trasladada esta tarde al Anatómico Forense. La capilla ardiente será mañana domingo a las cinco en el tanatorio de San Isidro y el lunes el obispo de Alcalá, Juan Antonio Reig Pla, oficiará una misa de cuerpo presente en la catedral de Alcalá.
Belén residia en una casa en Cobeña. La joven es muy aficionada al deporte, en especial a las carreras de campo a través y estudiaba en el colegio Aldeafuente de La Moraleja de Alcobendas.
Dolor en Daganzo por la muerte de Katia Esteban Casielles
Los restos mortales de Katia Esteban Casielles fueron incinerados ayer en el cementerio La Paz, de Tres Cantos, en la más estricta intimidad, por expreso deseo de su familia. Antes, la joven Katia fue homenajeada en el tanatorio de Daganzo de Arriba, en un acto lleno de emotividad, tristeza y rabia contenida por parte de los familiares y amigos, entre quienes se encontraba su padre, Ángel María Esteban Sanz, y su hermana Tania.
Las escenas desgarradoras de dolor se sucedieron en el tanatorio de Daganzo -donde la familia Esteban residía desde hace unos diez años- cuando el féretro fue introducido en el coche fúnebre camino del cementerio de Tres Cantos, donde el cadáver de Katia fue incinerado. La joven, que había cumplido 18 años el pasado 4 de octubre y estudiaba Bachillerato en el Instituto Fernando Lázaro Carreter, era «muy apreciada» en la localidad y destacaba porque «era muy alegre». Su familia era muy conocida, ya que, entre otras cosas, su padre, Ángel María, había sido concejal por el PSOE.
Durante todo el día fue incesante la llegada de familiares, entre los que no pudieron estar los abuelos gijoneses de Katia, Rufino Casielles y Lucinda Iglesias, que según algunos vecinos se encuentran en Orense junto a la tía de la joven fallecida, Nancy Casielles, directora de la Escuela de Idiomas de la capital gallega. Fue un cuadro con fotos que le regalaron a Katia en su cumpleaños, hace apenas un mes, el que presidió la capilla ardiente, por expreso deseo de su hermana Tania, que fue quien lo llevó hasta allí.
Pero además del dolor, la indignación, por las deficiencias de seguridad durante la macrofiesta, en la que además de Katia murieron otras dos jóvenes, Rocío Oña Pineda y Cristina Arce de la Fuente, asimismo de 18 años, también se hizo presente durante todo el día en Daganzo. En algunos momentos, se escuchó a los amigos de Katia pedir con desgarradores gritos: «¡Queremos justicia!».