Alberto Jiménez García, un autor apasionado por la criminalidad, que ha dedicado su carrera a explorar los rincones más oscuros de los delitos históricos, nos invita a descubrir la otra cara del crimen: la de los ladrones, sus motivaciones y las historias que se esconden detrás de los robos más emblemáticos
Alberto Jiménez García ha compartido en una entrevista con Crónica Norte los detalles de esta obra que forma parte de una trilogía titulada Trilogía negra. Los otros títulos son Asesinos en serie y Crímenes sin resolver, completando así un panorama sobre los aspectos más intrigantes de la criminalidad.
Una trilogía negra: tres libros, un propósito
“Grandes robos de la historia” es solo uno de los tres libros que componen esta trilogía, un viaje literario que nos enfrenta a la maldad humana a través de casos reales. El autor, que también ha trabajado en el podcast El hombre que se enamoró de la luna, abordó el libro con la misma mezcla de seriedad y humor que caracteriza su estilo. En la entrevista, dejó claro que su fascinación por los robos no es solo por la avaricia que los impulsa, sino por las historias humanas detrás de estos actos.
Jiménez García destacó la complejidad de los ladrones, quienes a menudo no son simples criminales, sino personas con motivaciones que pueden ir desde el despecho hasta la venganza justiciera. Un caso que ilustra esta perspectiva es el de un jubilado inglés que, indignado por el canon de televisión de los años 60, robó un cuadro de Goya, lo que demuestra cómo los robos a veces nacen de una protesta personal más que de un deseo de enriquecerse.
La preparación detrás de los robos
Un tema recurrente en Grandes robos de la historia es la preparación meticulosa que algunos criminales han demostrado. Jiménez García explica que los robos más famosos, aunque varían en su naturaleza, comparten una característica común: requieren de una planificación exhaustiva. Si bien algunos ladrones son profesionales del crimen, otros, como tú o como yo, simplemente se ven impulsados por circunstancias inesperadas que los empujan a robar. De hecho, el autor sostiene que mientras los robos de antaño eran más analógicos, los modernos son mucho más sofisticados, como es el caso de los robos electrónicos que, aunque anónimos, han revolucionado la forma en que se cometen los crímenes.
En cuanto a los robos más románticos, Jiménez García recordó el famoso robo del tren de Glasgow, un acto que capturó la imaginación popular debido a la preparación y la astucia de los ladrones. La historia detrás de este robo es fascinante, especialmente el detalle de que los criminales fueron descubiertos gracias a un juego de Monopoly que dejaron atrás, lo que demostró que incluso los delitos más planeados pueden contener un toque de humanidad.
Robos icónicos en España
Aunque los robos internacionales son ampliamente conocidos, Jiménez García también se sumergió en los casos más intrigantes ocurridos en España. Entre ellos, destacó el asalto al Banco Central de Barcelona en los años 80, un robo complejo cuya motivación aún no está clara. Otro caso fascinante fue el del Códice Cristino, un robo perpetrado por despecho que llevó a un hombre a robar uno de los objetos más valiosos de la historia. El autor también mencionó el caso de la escultura de Richard Serra, cuya desaparición sigue siendo un misterio, demostrando que algunos robos siguen sin resolverse décadas después.
La Trilogía Negra: Entre la fascinación y la empatía
A lo largo de su investigación, Jiménez García también reflexionó sobre la empatía que puede generar la figura del ladrón. Aunque sus acciones son condenables, el autor reconoce que algunos casos invitan a sentir cierta simpatía por los criminales, como ocurre con el jubilado que robó el cuadro de Goya. Este síndrome de Estocolmo, en el que se llega a entender las motivaciones del criminal, se refleja en las páginas del libro, donde los ladrones no solo son vistos como villanos, sino como seres humanos con historias complejas.
El futuro de los robos: ¿Adiós al Romanticismo?
Con la llegada de la era digital, Jiménez García no pudo evitar preguntarse si los robos del futuro perderán ese romanticismo que los hace fascinantes. Los robos físicos, aquellos en los que los ladrones planean asaltos a bancos o museos, han sido reemplazados en parte por los cibercrímenes, más fríos y anónimos. Si bien los robos digitales tienen su complejidad y mérito, el autor admite que carecen de la “fisicidad” que caracteriza a los robos tradicionales, como los que a menudo se ven en las películas o se leen en los libros.
En este sentido, la figura del ladrón romántico, ese que roba por un motivo personal y que es perseguido por la policía en una emocionante carrera, podría estar quedando atrás, dando paso a delitos más impersonales cometidos desde un ordenador. Sin embargo, como Jiménez García señala, cada tipo de robo tiene su propia historia, y cada ladrón tiene su propio motivo, lo que garantiza que el crimen siga siendo un tema fascinante para los estudiosos y el público por igual.
Conclusión: La maldad humana, un enigma sin resolver
Con Grandes robos de la historia, Alberto Jiménez García nos ofrece una ventana al fascinante mundo de los crímenes más conocidos, pero también nos invita a cuestionar nuestras percepciones sobre la moralidad y la justicia. Si bien los robos, ya sean físicos o digitales, siguen siendo una manifestación de la maldad humana, el autor nos muestra que, más allá del crimen, hay historias humanas que merecen ser contadas. En sus páginas, la frontera entre el villano y el héroe no siempre es clara, y eso es lo que hace que esta trilogía sea tan cautivadora.