El kiri es un árbol originario de china que crece muy rápido y capta 10 veces más dióxido de carbono que un árbol normal, siendo éstas las principales características de un árbol que puede servir para luchar contra el cambio climático.
China es el origen de este árbol que fue usado de manera ornamental, aunque actualmente le podemos dar muchos más usos. Crece cinco veces más rápido que un roble, de tal manera, que en su ciclo de 8 años, alcanza el tamaño de un roble de 40 años, es por esto, el árbol de crecimiento más rápido del mundo, a la altura del crecimiento vertical que tienen especies como el bambú o el carrizo. Gracias a esto, su madera puede ser usada para fabricar papel (a los dos años), para postes de maderería (a los cuatro años) o como madera madura (a los ocho o diez años).
Además este árbol tiene unas maravillosas condiciones de purificación. Recoge 10 veces más dióxido de carbono que otros árboles, produciendo, en consecuencia 10 veces más oxígeno. Además, puede regarse con agua contaminada, purificando los suelos en donde esté plantado, también sirve para regerar suelos erosionados. Además, a partir del segundo año de vida, apenas necesita agua para crecer.
Otras características que tiene este árbol es que sus hojas gigantes sirven como abono para las plantas o forraje para ganado, o que las características de su madera, hacen que ésta se pueda usar como aislante térmica debido a su baja termo-conductividad. La raiz vuelve a crecer tras cortarlo, por lo que no hace falta adquirir un árbol nuevo cuando se corte.