La deshidratación no es un riesgo únicamente del verano, en los meses de frío también es importante beber mucho líquido para proteger el organismo.
Cuidar la hidratación implica proteger al organismo de todo, ya que de adecuados niveles de agua dependen todos los procesos metabólicos del organismo: desde la digestión y absorción de nutrientes hasta la transmisión de impulsos nerviosos y la quema de grasas.
Consejos para una buena hidratación en invierno
Beber agua resulta refrescante en verano, pero en invierno no nos apetece un vaso de agua fría o una ensalada de vegetales frescos que posee un alto contenido de agua, por eso, solemos reducir considerablemente los líquidos de nuestra dieta en esta temporada. Por lo que tratamos de adaptar la dieta para ingerir líquidos que si apetezcan, como sopas, caldos…
Las mejores bebidas para el invierno
Té de diferentes tipos: son infusiones ideales para esta temporada y en muchos casos pueden ofrecernos buenos nutrientes así como antioxidantes que también contribuyen a reforzar las defensas del organismo. Algunas buenas alternativas son el té verde, el té de jengibre, té chai, té negro u otros que resulten de nuestro agrado.
Café con o sin cafeína: en cantidades no superiores a las 5 tazas diarias podemos disfrutar de esta bebida tan popular que ofrece entre otras cosas polifenoles con efecto antioxidante y antiinflamatorio en nuestro organismo.
Aguas de sabores: siempre agregar sabor al agua favorece su ingesta y así como en verano podemos preparar aguas con hierbas, vegetales o frutas a baja temperatura en invierno podemos hacerlo a una temperatura superior para incrementar el consumo de líquidos.
Limonadas: ya sea la clásica de limón y lima o bien de frambuesas, de granada o de otras frutas de temporada, siempre podemos elaborar estas bebidas que serán fuente de buenos nutrientes y electrolitos que incrementan la hidratación en esta temporada.
Leche: es dentro de las diferentes bebidas que encontramos a nuestra disposición una de las que mayor poder hidratante posee debido a que no sólo aporta agua sino también electrolitos como el potasio que favorecen el adecuado balance hidrico en el organismo. Una leche caliente, con canela, con cúrcuma para elaborar una leche dorada o con un poco de cacao puro sin azúcar siempre es bienvenida en esta temporada ofreciéndonos además vitamina D que necesitamos más que nunca en los meses más fríos.
Los mejores platos para hidratarnos
Así como siempre pensamos en bebidas o líquidos al momento de mejorar la hidratación, no debemos olvidar que aproximadamente un 30% del agua total que ingresa a nuestro cuerpo deriva de preparaciones sólidas. Por eso, algunos platos con alto contenido acuoso también pueden ser de ayuda en los meses más fríos, por ejemplo:
Guisados y platos caldosos: requieren del agregado de salsas o caldos para la cocción en un mismo recipiente de diferentes ingredientes. Por eso, muchos platos de cuchara de elevada temperatura no sólo son reconfortantes sino también de mucha utilidad para cuidar la hidratación en esta temporada.

Sopas y cremas: son preparaciones como las anteriores, con elevada proporción de agua en su interior y además, conservan muchos minerales así como vitaminas que contribuyen al adecuado funcionamiento del organismo. Podemos elaborar de todo tipo siendo siempre las más adecuadas las de vegetales u hortalizas varias que son siempre las más nutritivas e hidratantes.
Compotas: así como solemos reducir la ingesta de líquidos y platos fríos, en invierno cae el consumo de frutas frescas que son una de las alternativas más hidratantes. Una buena opción en su reemplazo son las compotas de fruta de estación que si aprovechamos su jugo de cocción siempre resulta mejor para obtener más agua y electrolitos.