Las monjas de la Iglesia de las Esclavas llevaban un año detrás de la venta del terreno que los herederos del Conde de los Gaitanes denunciaron. Unas propiedades que explica el biznieto del Conde, Juan Ussía fueron donadas «para favorecer el culto y la religión», y no para especular con ellos.
El Ayuntamiento de Alcobendas ha intentado mediar para evitar la compra pero de nada han servido sus presiones para que el Arzobispado de Madrid no autorizara la venta. Es más, las monjas llevaban más de dos décadas intentando que el Consistorio recalificara ese suelo para poder venderlo por mucho más dinero. Petición que se les ha negado reiteradamente.
La Entidad de Conservación de La Moraleja ha hecho lo imposible para preservar el culto en la iglesia y en abril registró una petición para que la Dirección General de Patrimonio Histórico incluya el edificio en el catálogo de bienes protegidos.
Ya en el año 2004 la congregación vendió parte del terreno por más de 5 millones de euros, una cantidad similar a la que podrían haber conseguido con esta venta.
Aún no se sabe quién ha comprado estos terrenos ni qué uso tendrán finalmente.