La importancia de reciclar la basura electrónica

En España cada vez se genera más basura electrónica en forma de frigoríficos, lavadoras, lavavajillas, secadoras, hornos, cocinas, ordenadores, teléfonos, televisores, monitores, lámparas, pilas, etcétera.

Parte de estos pequeños electrodomésticos contienen sustancias altamente tóxicas que pueden dañar al Medio Ambiente y a la salud, así que suponen un grave peligro cuando acaban en vertederos, mezclados con el resto de basura, en vez de reciclarse de forma controlada.

«Aunque algunos son inocuos, como una impresora o un ordenador, otros como los frigoríficos contienen espumas aislantes cuya composición química es muy dañina», apunta en conversación telefónica el representante de Recyclia.

Se trata de una entidad sin ánimo de lucro que engloba varias fundaciones especializadas en un tipo de reciclaje concreto. Entre todas abarcan todo el espectro de residuos electrónicos, como por ejemplo Ecofimática (equipos de oficina), Tragamóvil (móviles) o Ecolum (lámparas).

«Hay modelos de teléfonos móviles de los que se puede recuperar hasta un 90% de sus materiales. Reciclarlos de forma adecuada favorece también la economía circular», apunta Pérez.

18 kilos de basura electrónica por persona

En España se generaron 817 millones de kilos de residuos electrónicos en 2014 (casi 18 kilos por persona). Aunque, por cuestiones de tamaño, España no se encuentra entre los países que más basura electrónica que generan, Naciones Unidas sí sitúa al país en la cola europea del reciclado, solo por delante de Rumanía y Chipre. Se desconoce dónde acaba el 80% de estos residuos españoles.

Este año, el volumen mundial de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE) será de 65,4 millones de toneladas, un 33% más que en 2012, según el informe de la Iniciativa Step de la Universidad de las Naciones Unidas (UNU).

En España, en Sevilla se encuentra la única planta única de nuestro país que puede tratar todos estos RAEE. Las imágenes y los datos son impresionantes, y deberían concienciarnos de la enorme cantidad de residuos que producimos y que deberíamos tratar de forma adecuada.

Recilec (Reciclado de Componentes Electrónicos, S.A.) se encuentra a unos 50 minutos de la capital andaluza.

«Se trata de la única planta en España que cuenta con los diferentes procesos y tecnologías para tratar cualquier tipo de RAEE en una sola instalación», destaca su gerente, Leonardo Díaz Pineda.

La instalación se ubica cerca del Parque Nacional y Natural de Doñana, en la zona de Aznalcóllar, donde en 1998 un vertido tóxico minero produjo uno de los mayores desastres ecológicos de España.

 

Reciclar la basura electrónica

 

Como destaca José Pérez, consejero delegado de Recyclia, la plataforma que gestiona Ecopilas, Ecofimática, Ecoasimelec y Ecolum, fundaciones dedicadas a la recogida selectiva y el reciclaje de pilas y RAEE.

«Todo residuo tratado de forma responsable representa una triple oportunidad: contribuir al cuidado de nuestro entorno, ahorrar energía y recursos naturales y generar empleo y crecimiento económico», sentencia Pérez.

1.- Reducir el consumo de aparatos electrónicos.

Cada vez se consumen más aparatos y se sustituyen con mayor celeridad por otro nuevo. reducir el consumo es una medida preventiva, que intenta disminuir el número de toneladas de desperdicios a reciclar. «Lograr que se reduzca el consumo pasa por reeducar al usuario, que ahora mismo apenas se resiste ante determinadas políticas de márketing».

Pero, apunta el responsable de Recyclia, los fabricantes también tienen algo que decir al respecto: «Empieza a ser habitual el ecodiseño, en el que se concibe el producto desde el principio pensando en cómo será reciclado y evitando materiales complicados, como los tornillos.

2.- Reutilizar el producto.

Los expertos en reciclaje electrónico recomiendan que amigos o familiares hereden los aparatos que todavía funcionan, o que se oferten en el mercado de segunda mano. «La tendencia a dar una segunda vida a nuestros electrodomésticos sí que está muy extendida en España. También existe la posibilidad de donar el producto a ONG especializadas, siempre asegurándose de su correcto funcionamiento, porque hay mucha picaresca en este ámbito», comenta José Pérez.

3.- Reciclar.

Cuando el producto ya no funciona y no hay posibilidad de ser utilizado por alguien cercano, se debe optar por el reciclaje. El consumidor puede entregar el aparato viejo en el establecimiento donde está compra uno nuevo. La tienda está obligada por ley a recogerlo, sin importar marca o modelo. Es algo así como un plan Renove.

En algunos casos, se puede recurrir a estos establecimientos aunque no se sea cliente. «Cualquier tienda de más de 400 metros cuadrados que venda aparatos electrónicos también está obligada a recoger los modelos viejos, si estos ocupan menos de 25 centímetros. Se debe disponer de una zona donde almacenarlos para su reciclaje», apuntan desde Recyclia.

 

Aurora Cancela Pérez
Aurora Cancela Pérezhttps://www.cronicanorte.es
Aurora Cancela Pérez, periodista, licenciada en Ciencias de la Información y vecina de Colmenar Viejo. Es redactora en Crónica Norte desde 2017. Apasionada de la información local y los viajes.

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