Los límites políticos pueden representar barreras ecológicas debido a las diferencias en las políticas de gestión de la vida silvestre. Los buitres puede volar entre 300 y 400 kilómetros diarios en busca de carroña para comer.
Poco le importa si este viaje le lleva de un país a otro. Sin embargo, los buitres de España evitan el territorio portugués con la precisión de quien conoce geografía política.
Prohibición del abandono de carroña en Portugal
La diferencia no está en el clima, la topografía o los ecosistemas, sino en las distintas políticas sanitarias de los países vecinos: mientras que en España los cadáveres del ganado permanecen en el campo, el gobierno portugués exige la recogida inmediata de las reses muertas para su entierro o incineración.De hecho, hubo una disminución abrupta en el número de lugares de buitres a través de la frontera hispano-portuguesa, con modelos que muestran que era poco probable que esto estuviese relacionado con las diferencias en la cubierta terrestre o la topografía. Así lo afirman investigadores de los dos países tras realizar un estudio de seguimiento a 71 buitres que aparece publicado en Biological conservation.
Según Arrondo, se decidió “cortar por lo sano” con una prohibición generalizada del abandono de carroña. La península Ibérica sufrió especialmente por ser un reservorio internacional de aves carroñeras, que de repente se quedaron sin comida.
En general, nuestros resultados deben verse como una señal de advertencia para los responsables de la formulación de políticas y los gestores de conservación, destacando la necesidad de una mayor integración de las políticas sanitarias y ambientales a nivel europeo.