La cuota de la pesca de sardina en la península ibérica es uno de los principales asuntos que abordará el Consejo de Agricultura y Pesca de la Unión Europea, que se reúne esta semana en Bruselas.
Y tal como ha apuntado el secretario general de Pesca de España, Alberto López-Asenjo, en declaraciones a Efe Agro, la negociación promete ser “particularmente intensa”, pues se abordarán decisiones cruciales para el sector.
Aunque el Consejo analizará la pesca de la merluza, el jurel, la cigala o la anguila, la sardina es la absoluta protagonista, después de que el Consejo Internacional para la Exploración del Mar (ICES, por sus siglas en inglés) aconsejara prohibir totalmente su captura en el Atlántico y el Cantábrico durante 2018.
Escasez de sardinas
Según este organismo científico independiente hay una enorme escasez de este pez en toda la Unión Europea, y solo la prohibición total de su captura permitirá la reproducción de la especie. En el peor de los casos, apunta el informe, habría que dejar de pescar sardina durante 15 años para dar tiempo a la especie a recuperarse.
La decisión afectaría especialmente a las flotas de Portugal y España, que han firmado una carta conjunta en la que defienden un plan de gestión ante la Comisión Europea, con el objetivo de mantener una actividad crucial sobre todo para las flotas del Cantábrico y el Atlántico.
Los precios se mantienen
Sin embargo a pesar de la escasez de este pez y las medidas tomadas o propuestas para dejar que la especie se recupere, las sardinas siguen teniendo el mismo precio y, es precisamente esto, lo que confunde al consumidor.
“El consumidor siempre va a comprar sardina a ese precio más o menos, y puede que la escasez no repercuta en el precio”, explica Tomás Fajardo, presidente de la Federación Galega de Confrarías de Pescadores. “Estamos en un mundo globalizado y cuando en un mercado como el nacional, que en teoría lo abastece la flota nacional, el recurso está mal, cerrado o hay vedas, el mercado sigue demandando ese consumo. Entonces evidentemente esa sardina viene de otros lugares donde no tiene la misma calidad y las condiciones laborales no son las mismas”.
En la actualidad, según los pescaderos consultados por Directo al Paladar, la totalidad de la sardina que se vende (al menos en Madrid) es nacional. Y estos no tienen nada claro que de producirse un veto total su precio se mantenga estable. “Pasó con el boquerón, que tuvo que dejar de pescarse un tiempo”, comentan en una galería comercial del barrio de Prosperidad. “Su precio subió, pero al año siguiente había muchísimo y volvió a bajar”.