El Instituto de Política y Gobernanza de la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M) y la Fundación CODERE presentan el VIII Informe sobre la Percepción social sobre el juego de azar en España 2017 que analiza la percepción social que los españoles tienen sobre el juego de azar.
Una de las principales conclusiones de esta edición es que la incidencia del juego problemático en España es muy baja y se mantiene en torno al 0,3 por ciento de la población, es decir, afecta a unos 100.000 individuos. Este dato es coherente con los resultados de otros estudios patrocinados por la Dirección General de Ordenación del Juego (2015), la Sociedad Estatal de Loterías y Apuestas del Estado (2013) y la Consejería de Interior de Cataluña (2007) en los últimos años, todos coincidentes en porcentajes entre el 0,2 por ciento y el 0,3 por ciento.
Niveles tan reducidos impiden hablar de sectores sociales en los que este problema esté extendido, según los autores del informe: “Se puede hablar de perfiles de riesgo a partir de algunas variables, pero no de sectores sociales afectados por este problema”. El perfil de afectado es el de un hombre, menor de 35 años y de estatus social medio y alto.
Otra de las conclusiones que apuntan estos investigadores es que el enfoque de las políticas públicas para prevenir el juego problemático debe orientarse a acciones de precisión más que extensivas orientadas a toda la población. Paradójicamente, los sectores a los que con frecuencia se califica de vulnerables son los que menos juegan. Por tanto, el problema de la vulnerabilidad ante el juego problemático está en otra parte: en rasgos de personalidad, de predisposición…elementos más individuales o familiares que sociales.
Según el informe, existe una estrecha relación entre la sensibilidad ante el juego problemático y la satisfacción ante la vida, “lo hace que pensar que las frustraciones subjetivas, derivadas de circunstancias personales o familiares infortunadas, son el detonante de las adicciones, en concreto, la del juego, no a la inversa”, afirman los autores del estudio. Según esto, existe una estrecha vinculación entre los problemas cognitivos implicados en la adicción al juego y la negativa percepción subjetiva del bienestar personal. “Este dato refuerza lo observado en muchos estudios: la sensibilidad a las adicciones es resultado de problemas personales de fondo”, concluyen.
Perfil del jugador
En 2017, el 81,9 por ciento de los residentes en España mayores de 18 años jugaron a algún juego de azar. El juego más popular es la Lotería de Navidad (75,9%), seguido del sorteo de El Niño (47,5%), las loterías primitivas (37,6%) y los sorteos de la ONCE (19,3%). “Todos son juegos de promoción pública, de los denominados de ilusión, en los que se pueden conseguir grandes premios a muy bajo coste”, apunta el informe.
Por otra parte, permanece estable (entre un 16% y un 18%) el porcentaje de personas que no juega y se considera no jugador. Se trata de una parte de la población con actitudes negativas ante el juego basadas en juicios morales que asocian el juego con comportamientos “no productivos”. Este colectivo es mayoritariamente femenino y muy joven. En general, los jóvenes juegan menos que la media, sobre todo a los juegos públicos (loterías, ONCE).