Cada vez más consumidores españoles priorizan la compra de frutas y verduras nacionales, convencidos de que son de mejor calidad y que apoyan la agricultura local. Sin embargo, esta preferencia viene acompañada de un reto: suelen ser más caras. ¿Por qué esta tendencia crece? Y lo más importante, ¿cómo impacta en la sostenibilidad y en la economía?
Una encuesta realizada por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) a una muestra representativa de 885 personas muestra las razones que los consumidores tienen para elegir productos nacionales. Según los resultados, el factor más importante a la hora de comprar frutas y verduras es que estos sean productos de temporada (55% de los encuestados). Esto no solo garantiza frescura, sino que también reduce el uso de tecnologías artificiales, como sistemas forzados de riego o climatización, contribuyendo a una producción agrícola más natural.
El precio también juega un papel decisivo, especialmente en hogares con menos recursos, donde más de la mitad de los encuestados (53%) consideran que el coste es una barrera. No obstante, el origen nacional es el tercer criterio más relevante para un 41% de los consumidores, lo que pone de manifiesto el creciente interés por apoyar la producción local y reducir el impacto ambiental del transporte de productos importados.
Fruta y verdura nacional: calidad y sostenibilidad a un precio más alto
La mayoría de los encuestados (89%) considera que las frutas y verduras de origen nacional son de mejor calidad que las importadas. Esta percepción de superioridad se asocia a la frescura, el control de los fertilizantes empleados, y a la menor huella de carbono generada por el transporte. Sin embargo, también reconocen que este tipo de productos suelen tener un precio más elevado.
Priorizar la compra de estos productos favorece la agricultura local, pero también reduce el impacto del transporte sobre el medio ambiente, como señala la OCU. De hecho, la sostenibilidad es un tema cada vez más importante para los consumidores españoles, que ven en la compra de alimentos locales una forma de contribuir a un modelo de consumo más responsable.

Menos importancia al aspecto exterior: hacia una compra más responsable
Otro hallazgo clave de la encuesta es que los consumidores están dejando de lado la obsesión por el aspecto exterior de las frutas y verduras. Solo un 21% de los encuestados consideran el aspecto estético un factor importante, lo que refleja un cambio hacia una mayor conciencia medioambiental y el deseo de reducir el desperdicio alimentario. Los alimentos perfectamente comestibles pero que no cumplen con los estándares visuales ya no se descartan con tanta facilidad.
Este cambio de mentalidad también contribuye a una reducción del desperdicio y a la lucha contra la desperdicio alimentario, algo que se está promoviendo desde diversas instituciones a nivel europeo.
El lugar de compra también favorece la sostenibilidad
Los consumidores españoles, al igual que en muchos otros países, combinan diferentes establecimientos para hacer su compra. Supermercados (62%) y fruterías (58%) siguen siendo los lugares más habituales. Sin embargo, es interesante observar que la compra directa al productor y la compra en mercados también ganan adeptos, con el 4% y el 17% respectivamente.
Este tipo de compra no solo favorece la sostenibilidad, sino que también fortalece la conexión entre consumidores y productores, favoreciendo la economía local y la disminución de intermediarios.
Consejos para los consumidores: ¿cómo contribuir a la sostenibilidad?
Para los consumidores que desean apostar por la sostenibilidad en sus compras, la clave está en priorizar los productos de temporada, elegir productos nacionales y no fijarse tanto en el aspecto exterior de las frutas y verduras. Asimismo, fomentar las compras directas a los productores locales o en mercados puede ser una excelente manera de contribuir a una economía circular.