El espectáculo, protagonizado por Miriam Correa, Ángel Perabá, Eva Redondo y Guillermo Serrano, sube a escena la muerte de Bob Esponja. Su cuerpo ha explotado después de ingerir millones de partículas de plástico, residuos que se han desprendido de la gran masa flotante de basura del Pacífico. La noticia de su muerte genera una gran conmoción entre el público infantil. Su creador, Stephen Hillenburg, aún en estado de shock, se plantea si otro futuro es posible.
Le es fácil flotar es una producción de Nuevenovenos que se vio por primera vez en El Ambigú del Teatro Kamikaze en mayo de 2019 que puede disfrutarse los jueves 13 y 20 de febrero en el Teatro Galileo.
Crítica cómica al séptimo continente
El Séptimo Continente: una vastísima extensión conformada por millones de partículas de plástico que se encuentra sumergida bajo las aguas del Pacífico. Una imagen terrorífica pero concreta. Algo que consideraron punto de partida para el texto.
«El siguiente paso fue hacer que esa masa plastificada se convirtiera en motor de acción y de tensión dramática. Entonces, mi cabeza asoció el mar con un cangrejo y, a su vez, los algoritmos de google relacionaron la imagen de un cangrejo con Bob Esponja.»
«Nunca he subestimado el poder del azar como mecanismo creativo. Pensé: ¿qué pasaría si Bob Esponja muriese a consecuencia de la ingesta continuada de plástico? Me pregunté: ¿cómo explicarle a las nuevas generaciones que hemos sido nosotras quienes hemos arrojado todo ese pvc a los mares, que somos nosotros los asesinos de su héroe favorito? No hay respuesta para estas cuestiones, pero el texto, de algún modo, las formula. Y el interrogante, la incertidumbre, la angustia que deja el desconocimiento, son buenos estados para iniciar un cambio». Así se acerca la dramaturga Eva Redondo (Salamanca, 1979) a Le es fácil flotar, la obra que dirige junto a Dani Ramírez (Sevilla, 1977) y que podrá verse en el Teatro Galileo de Madrid los próximos 13 y 20 de febrero.»
Un sistema incompatible con la sostenibilidad
Es innegable que las denominadas sociedades modernas basan sus modelos económicos, sociales y políticos, en un sistema que es incompatible con la sostenibilidad del planeta: el capitalismo. El consumo exacerbado, la explotación ilimitada de los recursos y el crecimiento desmedido nos conducen, sin remedio, al exterminio de la biodiversidad y quién sabe si también al de nuestra propia especie.
Entretanto, el ser humano sigue inmerso en su espiral de progreso, como si su desmesurado apetito no tuviera fin. Una prueba palpable de ello es el Séptimo Continente, una vasta extensión conformada por millones de partículas de plástico. Pienso en esta isla de basura como en sopa no digerida, como en un futuro vómito del mar hacia la tierra, de la naturaleza a la civilización. Mientras navega a sus anchas por el océano, cientos de especies acuáticas y pájaros marinos mueren envenenados por la ingesta de estos desechos tóxicos. Si seguimos mirando hacia otro lado, el mar se teñirá de color gasolina.