El equipo alcobendense se dejó hasta el último aliento sobre el parquet del Visola Rollán, pero no fue suficiente para vencer al F.C. Barcelona, vencedor en esta tercera edición de la Copa de la Princesa. A falta de tan solo dieciséis segundos para el término de la primera mitad de la prórroga, Aragonés ponía un disparo ajustado a la cepa del poste, que tiraba por tierra todos los sueños de traerse un título copero a Alcobendas.

Eran las ocho de la mañana y el autobús con más de cincuenta aficionados del club, tomaba carretera para dirigirse hacia tierras asturianas.
El partido comenzó en hora y ambos brindaron a la afición del polideportivo municipal de Mieres una semifinal caracterizada por la velocidad y las innumerables ocasiones de gol. Hasta un total de tres faltas directas dispusieron entre ambos conjuntos para poder adelantarse en el marcador, sin lograr batir a ninguno de los porteros.
Las dos novedades del encuentro eran la falta de un jugador importante para el Barcelona como es Nil Roca, y la merecida titularidad de Marcos Gutiérrez bajo los palos alcobendenses.
Durante los primeros quince minutos de juego, ambos equipos habían dispuesto de innumerables ocasiones de gol. Pero solo el conjunto catalán había conseguido batir al meta madrileño en una jugada por la banda, donde un jugador blaugrana definía con un regate preciso y algo de fortuna.
Los de Layunta estaban haciendo méritos para empatar el partido, y en una contra donde la defensa recupera una bola en la frontal de su área, Marcos Villanueva ponía las tablas en el marcador y dejaba así la primera parte del encuentro.
Se estaba desplegando un juego muy intenso y veloz. Y en un disparo cruzado, el artillero del equipo Marcos López, avanzaba al equipo y encarrilaba la eliminatoria. Pero después de disponer de ocasiones para sentenciar el partido, en una falta sin mucho peligro aparente, llegaba el empate de los blaugranas a falta de solo dos minutos para el final. Había que reaccionar, pero la sangre ya no llegaba a las piernas. Tirando de casta y llegando al término reglamentario, el equipo supo no cometer la falta de segundo ciclo.
Luchó hasta que en una contra Jordi Aragonés metiera el gol que sentenciaba la semifinal y rompía todos los sueños verdiblancos.
Desde el club, han querido agradecer a todos los aficionados su apoyo, que han dejado latente que siempre está a la altura de las circunstancias, y han señalado que ahora toca seguir con el objetivo más importante de la temporada, que es mantenerse en los puestos de cabeza e intentar ascender de categoría.
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