La guía básica para lograr que las empresas sean sostenibles es la Agenda 2030. Este catálogo de objetivos engloba cuestiones genéricas, pero también concretas de las empresas. Hay 5 acciones que favorecerán que consigas estos objetivos, como las siguientes:
1. Uso de envases reciclados y/o reciclables
El uso de envases reciclados o reciclables contribuye, directamente, a reducir la huella de carbono. Con independencia de las reglamentaciones comunitarias y de los impuestos especiales al plástico, apostar por lo verde da una buena imagen. Y, lo que es más, hoy en día ya no supone, en la mayoría de los casos, un problema productivo de entidad.
Si algún enlace o proceso no es reciclable, también debes tener clara la gestión de los residuos. Todo lo que contribuya a no generar más contaminación, es una política empresarial inteligente.
2. Fomento de la economía circular
La economía circular es la apuesta por cerrar los ciclos productivos en el entorno, desde la materia prima hasta el uso y reciclaje de insumos. Esto incluye a los proveedores de materias primas, pero también de servicios o la mano de obra. Se reduce la huella de carbono porque no son necesarios tantos desplazamientos. Aunque a veces esto no sea posible, promoverlo es una buena acción.
Para potenciar la economía circula, son necesarias infraestructuras y suficiente masa crítica. Ahora bien, a largo plazo, y salvo en algunos casos puntuales, suele ser viable en sociedades de servicios.
3. Optimización del consumo energético
Optimizar el consumo energético es una manera inteligente de apostar por la sostenibilidad de una manera práctica. Esto implica, por ejemplo, utilizar el aire acondicionado o la calefacción solo cuando sea necesario y con temperaturas razonables. Igualmente, también aprovechar la luz natural o el calor, para así reducir el gasto. Aquí las construcciones pueden incorporar ventanas y sistemas para aprovechar mejor los elementos naturales.
Cuando se trata de empresas que tienen una flota de vehículos, esto también se aplica al combustible. Hay que apostar por rutas rápidas, sí, pero en las que se gaste lo justo y necesario. En este caso, un software de seguimiento de vehículos, como el de Radius, es idóneo.
4. Fomento del teletrabajo cuando sea posible
El teletrabajo es una forma de ahorrar desplazamientos y, si hay la tecnología necesaria en la nube y en velocidad, no genera un problema en la calidad. Trabajar en remoto, además, contribuye a la conciliación entre vida laboral y familiar. Si esto no repercute negativamente en la labor de la empresa, es una opción altamente recomendable.
5. Apuesta clara por la Responsabilidad Social Corporativa (R.S.C.)
La Responsabilidad Social Corporativa (R.S.C.) de las empresas va en la línea de mejorar resultados, emplear buenas prácticas y construir una imagen de marca positiva. Pero, además, la sostenibilidad es uno de los pilares básicos de esta área.
Por ejemplo, esto se consigue contratando a proveedores que cumplan unos estándares de sostenibilidad. Igualmente, utilizando materiales de kilómetro 0, siempre que sea posible, o apostando por la igualdad y la equidad entre los trabajadores. Y, por supuesto, la sostenibilidad pasa, también, por una política financiera transparente con proveedores.
En los últimos años, se ha puesto el foco en estos puntos. Es, pues, momento de darles un mayor desarrollo.
Las empresas sostenibles pueden construirse, bien desde la base, o modificar políticas. En este caso, lo importante es que tengas claros cuáles son los ejes de actuación a implementar y mejorar. La buena noticia es que, con estas medidas, es posible el cambio.