Greenpeace lanza este informe en el que revela que más de un 71% de las tierras agrícolas (incluyendo pastos) y alrededor de un 63% de las tierras cultivadas de la UE se utilizan para alimentar el ganado. Una cifra muy alta que contraviene las recomendaciones de reducción de alimentos de origen animal, por su enorme impacto en el planeta y la salud.
Son muchos los expertos que han realizado estudios cuyas conclusiones aconsejan reducir al menos un 50% el consumo de carne y productos lácteos, las razones argumentadas son la salud, que el ganado ha superado los límites considerados seguros en las emisiones de gases de efecto invernadero, la pérdida de biodiversidad y el flujo de energía y nutrientes en los ecosistemas, etc. Pero según parece, la política europea no parece trabajar para reducir la producción y el consumo de carne, abogando por la producción y consumo de alimentos vegetales.
Apuesta por la carne
La UE mantiene su apuesta por la carne, destina partidas presupuestarias para promover este alimento en Europa, para abrir nuevos mercados de la carne en otros países no comunitarios o se anuncian planes para expandir la producción de soja en Europa, y aunque se dice que es para reducir la dependencia de terceros países y satisfacer la demanda de alimentos vegetales para consumidores y animales, en realidad los esfuerzos se centran exclusivamente en la alimentación animal.
Greenpeace, igual que otras organizaciones medioambientales y muchos consumidores, considera que la PAC debe ser una apuesta por un modelo agrícola que respeta los límites planetarios, es decir, aquellos procesos que son fundamentales para la estabilidad de la Tierra, que beneficia a la salud, que permite reducir el desperdicio alimentario, el despilfarro de recursos como la tierra, el agua y la energía, que puede ayudar a reducir el hambre en el mundo, a mantener vivo el entorno rural, etc.
No se puede permitir que la PAC siga impulsando la agricultura (para alimentación animal) y la ganadería industrial, Greenpeace comenta que la PAC debe abogar por la agroecología, por un modelo de dietas que se basen en los alimentos vegetales, reduciendo el consumo de alimentos de origen animal.