Así eran los GPS en los años 60 del siglo XX

La Biblioteca Nacional de España ha sacado a la luz unos curiosos mapas de carretera de los años 70, los que eran los GPS de la época. El diseño de estos mapas es distintos al resto de los que se tienen en el archivo.

Se trata de un conjunto de diez mapas de los que se conservan actualmente veintiocho ejemplares. Representan itinerarios por carretera entre Madrid y diferentes ciudades de nuestra península, a través de las carreteras nacionales. Su forma, como se avanzaba anteriormente, constituye su principal diferencia en el conjunto de la colección. Cada mapa está impreso en una larga tira o cinta de papel que resulta de la unión de varias partes. Sobrepasa cada mapa los dos metros de longitud, con una anchura próxima a los cinco centímetros y forma cada uno de ellos un pequeño rollo.

Por su forma, como se ha indicado antes, podría deducirse que fueran creados para su uso mediante algún dispositivo o visor en el que pudieran ser montados sobre unos carretes para su manejo.

Cada mapa incluye su leyenda o clave dos veces (en ambos extremos de la tira de papel) junto a las ciudades origen/destino del itinerario. De este modo, esta información es fácilmente accesible con independencia del sentido en el que vaya a emprenderse el trayecto y por consiguiente, del extremo por el que se encuentre enrollado el mapa. Por ejemplo, Madrid-Barcelona o Barcelona-Madrid.

La clave está formada por signos convencionales con su información en español, francés e inglés. Los elementos representados y sus correspondientes signos son muy similares a parte de los empleados por el Mapa Oficial de Carreteras a escala 1:400.000 en su sexta edición de 1964, por lo que se podría suponer que tuvo como base entre otros, ese mapa oficial.

Con respecto a la escala de los mapas, no aparece expresada en ninguno de ellos, sin que por el momento se haya podido determinar si todos ellos fueron realizados a una misma escala. Al comparar algunos de los tramos de carretera representados, con otros mapas de la época su escala parece ser mayor de 1:400.000 (1 centímetro sobre el mapa equivale a cuatro kilómetros sobre el terreno).

Los mapas existentes, representan itinerarios que atraviesan nuestra geografía uniendo Madrid con las ciudades de Alicante, Badajoz-Lisboa, Barcelona, Bilbao, Cádiz, Irún, La Coruña, Málaga, Santander y Valencia con un total de veintiocho rollos. Según la declaración presentada por su impresor en la Delegación de Madrid del Servicio de Depósito Legal, con la entrega de los correspondientes ejemplares, éstos se finalizaron en 1968 y el autor de los mismos, también según la misma fuente, tendría la denominación de “Angoba”.

Mapas con formato similar

Como se ha indicado anteriormente, la forma de rollo de estos singulares mapas coincide con la de otros, que se utilizaron en dispositivos considerados por muchos, como los precursores de los modernos navegadores que emplean los automóviles de hoy en día. Tal es el caso de los mapas empleados por el diseño italiano “Iter Auto” o por el español “Auto-Mapa Martín Santos”.

En el caso de Iter Auto, su aparición se produjo en los años treinta del siglo XX. Su montaje se realizaba en el salpicadero del automóvil, como muestran las fotografías de las webs situadas en la parte inferior de la página. A través de un visor o ventanilla permitía consultar el mapa que se desplazaba enrollado sobre unos cilindros.

Con respecto al segundo de ellos, el ingenio español Auto-Mapa Martín Santos, fue inventado en León a mediados de los años cincuenta del siglo XX por don Antonio Martín Santos. En las imágenes incluidas también en las webs a pie de página, puede verse que empleaba unos mapas en forma de cinta enrollados sobre unos carretes. Dichos mapas eran realizados por la hija del propio inventor, doña Aurora Martín Zoreda. Cuando el dispositivo estaba en funcionamiento, cada kilómetro recorrido por el automóvil producía paralelamente el desplazamiento del mapa un milímetro, permitiendo conocer el punto en el que se encontraba situado, aunque siempre dentro de una ruta predeterminada.

Otro ejemplo de artilugio que empleaba mapas de carreteras en forma de rollo fue el británico “Plus Fours Routefinder“, que surgió en los años veinte del siglo pasado. A diferencia de los inventos ya mencionados, consistía en este caso en una especie de reloj de pulsera en el que los mapas podían desenrollarse para su consulta por medio de unas manecillas.

Para terminar

Por parte del Servicio de Cartografía y del autor de este artículo se ha tratado de contactar con el creador de estos mapas por diferentes vías sin que ello haya sido posible por el momento. Por tanto la publicación de este artículo, pretende la difusión de los mismos y da la bienvenida a la llegada de nuevos datos por parte de quienes pudieran conocerlos.

Damos las gracias a aquellas instituciones consultadas desde el Servicio de Cartografía de la BNE, con la intención de recabar información sobre la finalidad y el uso de los mapas, que han sido entre otras: Archivo General de la Administración, Asociación Española de la Carretera (AEC), Biblioteca en Madrid de la DGT y Biblioteca del Instituto de Tecnologías Físicas y de la Información “L. Torres Quevedo” del CSIC.

Angel Sánchez Carbonell
Angel Sánchez Carbonell
Ángel Sánchez Carbonell - Director de Crónica Norte. Desde hace 34 años dedicado profesionalmente a la información y entretenimiento (TVE, Onda Cero, Tele Cinco, COPE...) Pero ante todo: un enamorado de la geografía de la península Ibérica. Montañero y aficionado a la gastronomía y la enología. Cuando la vida me lo permite señalizo caminos naturales como Técnico de Senderos de la Escuela Española de Alta Montaña. (EEAM) Pero sobre todo me pierdo por ellos...

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