El proyecto urbanístico Algete Norte ha suscitado una fuerte oposición por parte de colectivos ecologistas y vecinales, quienes denuncian su inviabilidad técnica y ambiental. Este desarrollo, que plantea la construcción de más de mil viviendas cerca de un espacio natural protegido, es visto como un movimiento especulativo que carece de beneficios reales para la comunidad. Los críticos subrayan el riesgo que supone para el medio ambiente y cuestionan la falta de viviendas sociales en el plan.
¿Qué es Algete Norte?
El proyecto Algete Norte es una propuesta urbanística de iniciativa privada que busca construir más de 1.200 viviendas en las inmediaciones del río Guadalix, un área protegida bajo la Red Natura 2000. Este plan, que se extiende por más de un millón de metros cuadrados, ha generado una gran preocupación entre los colectivos ecologistas y vecinales. El motivo principal de la oposición radica en el impacto negativo que el proyecto podría tener sobre el entorno natural y la escasa consideración hacia la sostenibilidad y el bienestar comunitario.
Impacto en el medio ambiente: ¿es sostenible este desarrollo?
Uno de los aspectos más controvertidos del proyecto es su proximidad al espacio protegido Red Natura Cuenca del río Guadalix. Los terrenos afectados incluyen cultivos de cereal de secano y un encinar en expansión, lo que aumenta la preocupación sobre la pérdida de biodiversidad y la degradación del paisaje natural. Los ecologistas advierten que las infraestructuras necesarias para dar servicio a las nuevas viviendas —como la captación de agua, la conexión eléctrica y el vertido de aguas residuales— atravesarían zonas protegidas, lo que agravaría los problemas de contaminación y alteraría el equilibrio ecológico de la región.
¿Es realmente necesario este desarrollo en Algete?
Uno de los argumentos principales que esgrimen los promotores de Algete Norte es la necesidad de nuevas viviendas en el municipio. Sin embargo, los datos demográficos sugieren que la población de Algete se ha mantenido estable durante la última década, lo que pone en duda la urgencia de este nuevo desarrollo. Además, el municipio ya cuenta con suelo urbanizable disponible y mejor ubicado para la construcción de viviendas, lo que cuestiona aún más la justificación del proyecto. En este sentido, los críticos acusan a los promotores de anteponer intereses especulativos a las verdaderas necesidades de la comunidad.
La exclusión de la vivienda social: ¿a quién beneficia realmente Algete Norte?
Otro punto conflictivo del proyecto es la ausencia de viviendas sociales en el plan de sectorización. Aunque se contempla la construcción de viviendas con algún grado de protección, no se ha destinado ninguna parte del proyecto al alquiler ni a la vivienda social, que está dirigida a las personas con mayores dificultades para acceder a una vivienda. Esta carencia refuerza las críticas de los colectivos vecinales, que ven en Algete Norte un proyecto orientado a maximizar beneficios económicos en lugar de atender a las necesidades reales de la población.
¿Una irregularidad urbanística?
El proyecto Algete Norte no solo afecta al municipio de Algete, sino que también involucra terrenos en el vecino Colmenar Viejo. Se pretende destinar una superficie de 75.000 metros cuadrados en este municipio a actividades económicas, a pesar de que estos terrenos están clasificados como no urbanizables. Esta situación plantea una serie de interrogantes sobre la legalidad del proyecto y la gestión urbanística de los ayuntamientos involucrados. Los críticos señalan que este tipo de maniobras podría sentar un peligroso precedente en la planificación territorial de la región.
¿Qué opinan los colectivos ecologistas y vecinales?
Los colectivos ecologistas y vecinales han sido claros en su oposición al proyecto. Han presentado alegaciones formales durante el periodo de información pública del plan de sectorización y han solicitado su retirada. Argumentan que el desarrollo de Algete Norte es inviable tanto técnica como ambientalmente, y que no responde a las necesidades reales de la comunidad, sino a intereses puramente especulativos. La movilización de estos colectivos pone de relieve la creciente preocupación por la protección del medio ambiente y la planificación urbana sostenible.