Cuando llega el invierno, los gatos buscan el sitio más calentito del hogar, ya sea el sitio más cercano al radiador, lo o un rayo de sol que entre por la ventana. A los gatos les gusta el calor y rehúyen del frío. De hecho, la temperatura ambiental perfecta para tu ellos ronda los 23ºC.
Si eres de los que baja la calefacción de noche y cuando sales de casa para ir a la oficina no la vuelves a poner, una buena idea para que tu gato no pase frío en tu ausencia es añadir algún sitio caliente más para su descanso. La física de fluidos nos da la primera clave: el aire caliente sube. Así que eleva su cama, a no ser que tengas calefacción por suelo radiante. Mejor aún: meter la cama o unas mantas dentro de una caja de cartón para el gato colocada encima de un mueble.
La cama sin hacer
Es bien sabido por los dueños de mascotas, en especial de gatos, que a lo largo del día buscan distintos sitios de la casa donde echarse a dormir. Ya puede ser una balda al lado de la ventana, el sofá o tu propia cama. Por ello algunos buenos consejos son que impidas la entrada de corrientes de aire frío por las ventanas colocando una toalla o dejar la cama sin hacer, para que tu gato pueda acurrucarse entre las mantas.
Colchones térmicos para gatos
También hay colchones térmicos para gatos (y para perros con frío) que funcionan con un circuito eléctrico seguro, se calientan en el microondas o capturan el calor que tu mascota desprende de forma natural. Y existen hamacas gatunas para radiador, geniales si a tu gato le gusta acurrucarse y dormir en las alturas. Sea cual sea la que elijas, asegúrate de no esté demasiado caliente, para que no se queme.
Jugar y ejercitarse le mantendrá caliente
La actividad no solo estimula su mente y mantiene su forma física, además lo mantendrá caliente. Saca sus juguetes del cajón por tandas, para que siempre tenga la sensación de haber encontrado una presa nueva con la que jugar.
Control del peso
Durante el invierno, tu gato intentará suplir la bajada térmica con comida; ya que el alimento le ayuda a regular su temperatura y lo protege contra el frío. Pero también acudirá a su bol por puro aburrimiento. No es casualidad que la mitad de los gatos caseros sufran sobrepeso.
Por eso debes controlar su peso y asegurarte de que no come más de lo que necesita. Pregunta a tu veterinario y olvídate de los boles rebosantes de croquetas. Mejor, escoge un puzzle de comida. El juego unido a una dieta gatuna sana despertará el ánimo invernal y la actividad de tu mascota.
