El inicio del nuevo año trae consigo algunos cambios legales en materia de medio ambiente y sostenibilidad. Muchas cosas funcionarán de un modo diferente a partir de 2020, desde las bolsas de plástico y los combustibles fósiles, hasta el papel higiénico húmedo, las toallitas desmaquillantes o los incentivos al uso de energías renovables en el hogar.
Fin de las bolsas formadas por materiales fragmentables
El Real Decreto 293/2018, conocido como de Reducción de Bolsas de Plástico, sigue avanzando. Ha servido para establecer la prohibición, desde 2018, de la entrega gratuita de bolsas de plástico en comercios, con la excepción de las bolsas muy ligeras (habituales para pesar las frutas y hortalizas) o de aquellas de más de 50 micras de espesor compuestas por más de un 70 % de plástico reciclado.
Desde el 1 de enero no se pueden entregar bolsas formadas por materiales fragmentables (con aditivos que se transforman en microplásticos y son especialmente perjudiciales para el medio ambiente). También se establece que todas las que superen las 50 micras de espesor deben proceder, al menos en un 50 %, de elementos reciclados.
La normativa prevé, además, que en 2021 las bolsas de menos de 50 micras de espesor sean todas compostables (con el compostaje industrial se degradan biológicamente, produciendo dióxido de carbono, agua, compuestos inorgánicos y biomasa a igual velocidad que el resto de materia orgánica).
Ciudades contra la contaminación del tráfico
Este 2020 será un año decisivo para la calidad del aire. En el caso de Madrid, el Ayuntamiento continúa la ordenanza de 2018 sobre los vehículos autorizados en la flota de taxis, incentivando la adquisición de los menos contaminantes. Desde el 1 de enero, solo pueden prestar servicio los automóviles con las etiquetas ECO, CERO y diésel Euro 6 de modelos posteriores al 14 de diciembre de 2012.
Toallitas y papel higiénico húmedo: nuevas etiquetas
La intensificación del uso de las toallitas húmedas (desmaquillantes o higiénicas) y su acumulación en desagües es un grave problema ambiental. Las acumulaciones de residuos conocidas como fatberg, extensiones de cientos de metros en los sistemas de alcantarillado de varias toneladas de peso, han causado sangrías económicas en las arcas de los ayuntamientos e impactado en los sistemas de depuración de aguas en todas las ciudades del mundo.
La Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética (Stanpa) introdujo en 2019, dentro de sus códigos de buenas prácticas, la norma UNE 149002:2019, pionera en la UE, que marca con un círculo verde los empaquetados de toallitas y papel higiénico húmedo que puedan deshacerse por el inodoro, y con un distintivo rojo, los que deban ir al cubo de la basura. Para obtener el logo verde y comprobar la rapidez y calidad de su biodegradación a través del WC, estos materiales deben pasar cinco pruebas de laboratorio. La asociación se ha comprometido a integrar este etiquetado antes del mes de septiembre.
Ahorro energético en las viviendas
En la última década, la Unión Europea (UE) ha llevado a cabo una estrategia dirigida a implementar la sostenibilidad en el sector de la construcción. Ya en las consideraciones de la Directiva 2010/31 UE se afirmaba que la construcción de viviendas en la Unión Europea supone un 40 % del consumo energético.
Por este motivo, el 31 de diciembre de 2020 entrará en vigor nuevas modificaciones del Código Técnico de la Edificación (CTE), vigente para los edificios públicos desde 2018. Esta normativa incluye un Documento Básico de Ahorro de Energía (DB-HE) que busca reducir el consumo energético e incorporar energías verdes en las nuevas viviendas y rehabilitaciones. El CTE supone la actualización de la definición de «Edificio de Consumo de Energía Casi Nulo», con la fijación de una cantidad mínima de energía renovable para la producción de agua caliente, la reducción de energías no renovables en un 60 % para viviendas unifamiliares en las zonas más adversas en invierno.
Además, el Código se abre a otras fuentes de energía sostenible, no solo las solares térmicas o fotovoltaicas. Las medidas favorecerán al planeta, pero también al bolsillo. Las estimaciones del sector refieren que las facturas de la electricidad y del agua disminuirán en este tipo de inmuebles entre un 60 % y un 75 %.