San Agustín del Guadalix respira aliviado, pero no baja la guardia. El Canal de Isabel II inicia un desembalse controlado de la presa de Pedrezuela, al 90% de su capacidad, mientras el municipio activa protocolos ante posibles inundaciones. ¿Está preparada la comunidad para enfrentar las lluvias persistentes pronosticadas?
La presa de Pedrezuela: ¿Por qué se desembalsa ahora?
El río Guadalix serpentea con normalidad por San Agustín, pero la presa de Pedrezuela, gestionada por el Canal de Isabel II, libera 10 metros cúbicos por segundo. Este caudal, equivalente a llenar cuatro piscinas olímpicas cada minuto, busca evitar desbordamientos ante las lluvias primaverales y el deshielo de estos días. Aunque el embalse está al 90%, las autoridades insisten: “Es un protocolo preventivo, no una emergencia”.
El desembalse coincide con la temporada histórica de mayor actividad hídrica en la zona y con el deshielo rápido por las ultimas nevadas en Guadarrama. Según datos del Centro de Estudios Hidrográficos, marzo y abril concentran el 40% de las lluvias anuales en la Sierra Norte de Madrid. Sin embargo, el municipio enfrenta un dilema: ¿Cómo equilibrar la seguridad con la prevención ambiental?
PAMINUN: El plan que entrena a San Agustín para lo imprevisible
Mientras el agua fluye controlada, el equipo del Plan de Actuación Municipal ante Riesgo de Inundaciones (PAMINUN) se reúne en sesiones formativas. Dirigido por el alcalde y asesorado por expertos en seguridad y medioambiente, el plan se activa ante alertas del 112 o avisos de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET).
El protocolo incluye desde la limpieza de cauces hasta la coordinación con la Confederación Hidrográfica del Tajo, entidad a la que el ayuntamiento reclama “urgencia en el mantenimiento del río Guadalix”. Un punto crítico: en 2023, un informe de Ecologistas en Acción señaló que el 30% de los ríos madrileños tienen vegetación invasora que obstruye su flujo. ¿Podría esto agravar inundaciones futuras?
¿Deben los vecinos temer al río?
“Eviten acercarse al cauce”, advierte el gobierno local. Aunque el Guadalix mantiene niveles normales, el desembalse y las lluvias pronosticadas exigen prudencia. El Sistema ES-Alert, diseñado para enviar mensajes masivos en emergencias, permanece en standby.
Para Juan Martínez, vecino de la zona desde hace 40 años, la situación recuerda a 2018: “Entonces el agua subió rápido, pero nadie esperaba que llegara a las calles”. Hoy, San Agustín cuenta con más herramientas: sensores de nivel en tiempo real y un protocolo de evacuación actualizado. Aun así, la pregunta persiste: ¿Son suficientes estas medidas en un escenario de lluvias extremas, cada vez más frecuentes por el cambio climático?
La Confederación del Tajo: Un actor clave en la sombra
El ayuntamiento lleva meses solicitando a la Confederación Hidrográfica del Tajo que intervenga en el Guadalix. La entidad, responsable de gestionar las cuencas fluviales, tiene pendiente una limpieza profunda del cauce para eliminar sedimentos y ramas acumuladas.
Expertos como Laura Gómez, ingeniera ambiental, subrayan: “Un río bien mantenido reduce hasta un 70% el riesgo de inundaciones”. Sin embargo, la burocracia y los recortes presupuestarios ralentizan las actuaciones. Mientras, San Agustín depende de la coordinación entre el Canal de Isabel II, la Comunidad de Madrid y el 112 para anticipar crisis.
