El Plan de Carreteras de la Comunidad de Madrid para los años 2025-2032 incluye una propuesta polémica sobre la M-607, que ha generado rechazo entre los colectivos ecologistas. Ecologistas en Acción Sierras denuncian que la ampliación proyectada entre Cerceda y Colmenar Viejo «no solo es innecesaria, sino que puede agravar los problemas ambientales y urbanos, manteniendo un modelo de movilidad poco sostenible».
El plan contempla una ampliación de capacidad en la M-607 entre Cerceda y Colmenar Viejo, concretamente en el tramo que incluye los puntos kilométricos 48,3 y 35,2. Según Ecologistas en Acción, esta intervención se plantearía como una carretera “2+1”, es decir, con dos carriles en un sentido y uno en el contrario, a lo largo de una longitud de 13,1 kilómetros, con un presupuesto inicial de 33.915.900 euros para ejecutarse en los años 2031 y 2032.
El sentido o función exacta del tercer carril no está claro en el Plan de Carreteras. Los ecologistas afirman que podrían tratarse de “un carril para avances (lo que consideramos absurdo) o un carril reversible en todo el trazado o en partes del trazado, etc. Pero nada de esto se aclara en el Plan de Carreteras”.
Impacto ambiental y urbano
Esta carretera atraviesa zonas de alto valor ecológico, como el Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares, la Zona de Especial Conservación (ZEC) de la Cuenca del Río Manzanares y el Corredor Ecológico de La Pedriza, que incluyen hábitats prioritarios y vías pecuarias protegidas.
Ecologistas en Acción destaca que la M-607 tiene intensidades altas de tráfico “casi exclusivamente en las mañanas de los días laborables en sentido hacia Madrid”. A pesar de esto, “se siguen planteando expansiones urbanas sin contar con esta situación en los municipios de su extremo oeste (El Boalo-Cerceda-Mataelpino, Moralzarzal, Navacerrada, barrios norte de Collado Villalba, etc.)”, algo que, según el colectivo, no se resolvería solamente añadiendo un tercer carril.
En su opinión, esta ampliación promovería “el expansionismo urbano, mayor uso del coche” y estimularía la urbanización de la zona en vez de controlarla. Además, “no disminuiría la duración total del recorrido ni los atascos, sino que los trasladaría y serían mayores en la rotonda de Cerceda, viniendo desde Madrid, ya la entrada a la autovía M-607, yendo desde Cerceda”. Luego, estos problemas de congestión se sumarían a los de la M-607 en su trayecto hacia Madrid, y los accesos a la M-40 y a la M-30.
Alternativas para la movilidad
Ante esta situación, Ecologistas en Acción propone “disminuir la velocidad máxima para mejorar la seguridad, ampliar la capacidad de la carretera, reducir los atascos y disuadir de la ilusión de los viajes rápidos”. Además, solicitan que se estudie la posibilidad de habilitar “un carril BUS-VAO reversible que, llegando a Colmenar Viejo, tendría que tener continuidad hasta Madrid”, una idea que “no se plantea en el Plan de Carreteras”.
Contexto general del Plan de Carreteras
La organización denuncia que esta ampliación forma parte de una línea más amplia del Plan que se basa en incrementar la infraestructura para el vehículo privado, sin integrar suficientemente el transporte público ni alternativas sostenibles. De hecho, califican esta política como “innecesaria y contraproducente” y subrayan que la Comunidad de Madrid ya es “una de las regiones del mundo con mayor densidad de carreteras por kilómetro cuadrado”, lo que ha provocado “una gran dispersión urbana y un incremento constante de los viajes en automóvil”.
Ecologistas en Acción recuerda que este modelo ha generado problemas asociados como la contaminación, pérdida de biodiversidad y fragmentación del territorio. En su visión, el Plan no aborda la «emergencia climática» ni la salud pública y da la espalda a las directrices europeas sobre la calidad del aire.
