Procesión, bendición de campos y comida de convivencia no faltaron este 15 de Mayo en El Casar, donde los agricultores volvieron a pedir algunos días más frescos para completar una buena cosecha.
Cada vez son menos los agricultores y ganaderos que aparecen en los fríos cuadros estadísticos. Es cierto. España ha visto caer su agricultura y ganadería desde 1970 en que aún representaba un alto porcentaje de su PIB a un escuálido 2,7%, incluyendo el sector de la pesca en 2010. En empleo esta cifra es aún más dramática pues representa una merma de trabajadores desde los once millones de 1970 a apenas cuatro millones en la actualidad.
Esta realidad se refleja en el envejecimiento de la población rural, la que a pesar de todo ni pierde el entusiasmo ni las ganas de celebrar sus tradiciones.
El Casar, como la mayoría de los municipios que aún conservan una gran extensión dedicada a la agricultura celebró este 15 de Mayo el día de su Santo.
No faltó la bendición de los campos y una corta procesión. Hasta los mayores del lugar recordaron como en la antigüedad tanto la procesión como la bendición de campos, que se hacían en tres puntos, San Roque, en las eras de Mesones y las Eras del Calvario, se han ido haciendo más simbólicas en la actualidad, reduciéndolas a una en el denominado “arroyo de la tía Colasa” o de los “Huertos”.
Felipe Carriedo, presidente de los agricultores casareños, fue el encargado de tomar la palabra en el acto final, celebrado en el auditorio de El Casar y pidió, siguiendo el sentimiento de todos los agricultores “un tiempo algo más fresco”.
El Campo hoy luce verde y extenso, la cebada y el trigo se mezclan con las grandes extensiones urbanas que hacen del El Casar un sitio moderno y actual pero con indisimulable espíritu rural que muchos han sabido sacar partido en la búsqueda de una vida tranquila y lejos del “mundanal ruido”.