El duelo y los problemas económicos afectan al cerebro y podrían aumentar el riesgo de tener alzheimer

Este trabajo científico analizó a 1.200 personas sin deterioro cognitivo, muchas con antecedentes familiares de alzheimer, que forman parte de la cohorte ALFA del BBRC. Mediante resonancias magnéticas, los expertos midieron el volumen de la materia gris en el cerebro, y analizaron biomarcadores relacionados con el alzheimer presentes en el líquido cefalorraquídeo, como la proteína beta amiloide.

Entre estos biomarcadores, la proporción de beta amiloide 42/40 es fundamental: una reducción en esta relación indica la acumulación temprana de placas en el cerebro, consideradas un signo precoz del alzheimer. También se estudian la tau fosforilada y la neurogranina, proteínas asociadas al daño neuronal y a la pérdida de conexiones entre neuronas.

Impacto específico del duelo por la pérdida de la pareja

El estudio encontró que la muerte de la pareja se asocia con alteraciones en estos biomarcadores. En los hombres, fue más evidente la disminución de la proporción beta amiloide 42/40, mientras que en las mujeres se registraron mayores niveles de tau fosforilada y neurogranina. Estas alteraciones se acentuaron aún más en personas con menor nivel educativo.

Estos cambios biológicos generan alarma porque reflejan procesos que podrían preceder a la aparición de síntomas de alzhéimer con años de antelación, poniendo de relieve el impacto profundo que el duelo tiene en la salud cerebral.

Estrés económico y cambios en la materia gris

Por otro lado, el desempleo y las pérdidas económicas se relacionaron con una reducción del volumen de materia gris en áreas cerebrales clave para el control emocional y cognitivo. Aquí también se observaron diferencias según el género: el desempleo afectó más el cerebro de los hombres, mientras que las dificultades financieras tuvieron un mayor impacto estructural en el cerebro de las mujeres.

Este descubrimiento pone en evidencia cómo el contexto social y económico puede dejar sus huellas en nuestro cerebro, afectando la capacidad para gestionar emociones y procesos cognitivos que son esenciales para el bienestar mental.

Género, educación y vulnerabilidad cerebral

El estudio también destaca que las respuestas a estos eventos estresantes son diferentes entre hombres y mujeres, y están moduladas por el nivel educativo. Según los investigadores, los hombres podrían sufrir más al perder a su pareja y en situaciones de desempleo debido a que suelen tener menos relaciones cercanas, lo que hace el aislamiento más marcado. Además, el desempleo puede suponer un mayor estigma social para ellos.

En cambio, las mujeres parecen más vulnerables a los impactos negativos de las dificultades económicas, posiblemente porque históricamente han contado con menos seguridad financiera y suelen reportar un mayor nivel de preocupación ante estos problemas. En ambos casos, las personas con menor nivel educativo registraron efectos cerebrales más intensos, lo que subraya la influencia de factores sociales en la salud.

Implicaciones para la prevención y el cuidado

Estos hallazgos revelan que el impacto de eventos vitales estresantes va más allá de la salud emocional, afectando la estructura y función cerebral. La evidencia de que el duelo y el estrés económico pueden contribuir a cambios relacionados con el alzheimer sugiere que es fundamental incluir el soporte psicológico y social como parte de las estrategias para prevenir esta enfermedad.

Paula de Marcos Aragón
Paula de Marcos Aragónhttp://www.cronicanorte.es
Paula de Marcos Aragón, periodista, licenciada en Ciencias de la Información y vecina de Algete. Es redactora en Crónica Norte desde 2021.

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