l Hospital público Universitario 12 de Octubre de Madrid estrena un programa pionero para abordar la salud emocional de pacientes con VIH. La iniciativa “Troya” busca prevenir el aumento de problemas emocionales, adicciones y tendencias suicidas en este colectivo. Un equipo multidisciplinar de Psiquiatría y Medicina Interna ofrece atención psicoterapéutica especializada desde hace dos semanas.
El Hospital público Universitario 12 de Octubre de Madrid ha dado un paso importante en la atención integral de las personas que viven con el VIH. Recientemente, hace apenas dos semanas, los servicios de Psiquiatría y la Unidad de VIH de Medicina Interna han unido fuerzas para poner en marcha el programa denominado «Troya». El objetivo principal de esta iniciativa es mejorar la calidad de vida de los pacientes, centrándose en el frente emocional que a menudo se descuida.
A pesar de que los tratamientos antirretrovirales han logrado estabilizar la condición física e inmunológica de la mayoría de los pacientes, los profesionales de la sanidad pública han detectado un preocupante incremento de otras patologías, especialmente las de carácter psiquiátrico y emocional.
Según los propios datos manejados por el Hospital 12 de Octubre, la situación requiere una respuesta urgente y especializada: la mitad (el 50 por ciento) de los pacientes infectados por el VIH atendidos en este centro desarrollan serios problemas emocionales. Además, se constata que más del 25 por ciento de estas personas tiene ya un diagnóstico de alguna adicción, y existe una evidencia clara de un incremento paulatino de tendencias suicidas en este colectivo. El programa «Troya» nace, por tanto, como una herramienta fundamental para atender estas complejas situaciones derivadas, en muchos casos, de conductas de riesgo específicas.
Atención integral y multidisciplinar para disminuir el impacto emocional
El programa «Troya» se presenta como una estrategia de atención integral y coordinada. Su propósito es triple: en primer lugar, disminuir el daño psicológico que sufren los pacientes; en segundo lugar, ofrecer un abordaje psicoterapéutico especializado para que el impacto de los problemas emocionales sea lo más reducido posible; y, finalmente, mejorar las estrategias de atención para facilitar la prevención de los hábitos adictivos que pueden surgir a raíz de ciertas conductas.
Para asegurar la máxima eficacia, se ha creado un equipo multidisciplinar de alto nivel. En este equipo participan dos especialistas en VIH, tres psiquiatras, una psicóloga clínica, cinco enfermeras y dos investigadoras. Este personal está dedicado a ofrecer asistencia a todos los pacientes de la Unidad de VIH que muestren alteraciones emocionales o que estén inmersos en conductas de riesgo.
La experiencia combinada de los profesionales de ambos servicios (Psiquiatría y Medicina Interna) ha sido clave para seleccionar aquellas intervenciones terapéuticas que resulten más eficaces y eficientes. Las terapias, dirigidas por el personal sanitario —incluyendo enfermería, psicóloga clínica y psiquiatras—, cuentan además con el apoyo fundamental de los grupos de ayuda mutua que ya colaboran tradicionalmente con el Hospital 12 de Octubre. Esta colaboración asegura que la asistencia sea completa y tenga una base de experiencia compartida muy valiosa para los pacientes.
Estabilidad en la incidencia, pero con un diagnóstico tardío
Para entender el contexto de este nuevo programa, es importante revisar los datos de la enfermedad en el país. Según la información proporcionada por la Dirección General de Salud Pública de la Comunidad de Madrid, la tasa de incidencia del VIH en España es de 9,8 por cada 100.000 habitantes.
En cuanto a las vías de transmisión, la mayoría de los nuevos casos se origina en prácticas sexuales, que representan el 80 por ciento del total. El segundo mecanismo de transmisión, aunque en menor medida, sigue siendo la utilización intravenosa de drogas, que supone un 10 por ciento. El perfil más común de las personas que se infectan es el de varones (80 por ciento) con una edad media de entre 35 y 40 años, de los cuales la mitad son nacidos en España.
Aunque los datos indican que estas tasas de incidencia se han mantenido estables en los últimos cinco años, hay un dato que preocupa a los profesionales: se observa un retraso de casi diez años en el diagnóstico de la infección. Este retraso es crucial, ya que un diagnóstico temprano facilita un mejor pronóstico y control de la enfermedad. A pesar de los grandes avances en el tratamiento que han logrado que el estado inmunológico de muchos pacientes se mantenga estable, el aumento de las patologías médicas y psiquiátricas asociadas exige la creación de programas como «Troya» para ofrecer una atención verdaderamente integral a los vecinos que lo necesitan.
