El miedo a los petardos y las tormentas es una de las fobias más comunes entre los perros

Los animales, al igual que las personas, son seres sensibles que también sufren miedos y fobias, y entre los perros hay algunas comunes que afectan a la mayoría.

Tras estos días festivos se ha hecho mucho eco sobre el tema de la pirotecnía y los animales, en especial los perros. No han sido pocos los llamamientos a la consideración e incluso la prohibición de petardos y fuegos artificiales para proteger a nuestras mascotas de pasar un mal rato. ¿Pero a qué se debe esta batalla por proteger a los animales de la pirotecnia?

El origen de las fobias

Las fobias se desarrollan a partir de experiencias traumáticas, y son fruto de una falta de socialización con el entorno, sobre todo cuando el perro tiene entre 2 y 4 meses que es cuando se lleva a cabo el periodo de sensibilidad social, falta de exposición a estímulos, pero también son fruto de malas experiencias pasadas o incluso de la genética.

Las tormentas eléctricas

Es la fobia más común y responde al hecho de no saber qué sucede ni por qué sucede y qué consecuencias puede tener. Hay que tener en cuenta, también, que los perros tienen el oído tres veces más sensible que el nuestro, pueden percibir sonidos que nosotros no percibimos y los que nosotros percibimos los oyen mucho más intensos.

Petardos y fuegos artificiales

Los fuertes y diferentes sonidos hacen que haya perros que literalmente mueran de infarto, por eso cada vez hay más iniciativas de fuegos artificiales sin sonido. Es un problema que no solo afecta a animales si no que afecta también a personas con alguna discapacidad que no saben procesar la causa de este estallido, como son algunas personas autistas.

Miedo a ir en coche

La falta de costumbre a viajar en coche, malas experiencias como vomitar mientras se está en el coche o relacionarlo con la visita al veterinario puede hacer que un perro coja miedo a viajar, aunque otros muchos perros adoran este transporte y lo disfrutan.

El veterinario

No es de extrañar que la visita al veterinario pueda convertirse en fobia y es que normalmente las experiencias allí son de todo menos agradables.

El veterinario puede ayudar a que esta fobia desaparezca con el uso de golosinas y elogios tras cada consulta.

 

Aurora Cancela Pérez
Aurora Cancela Pérezhttps://www.cronicanorte.es
Aurora Cancela Pérez, periodista, licenciada en Ciencias de la Información y vecina de Colmenar Viejo. Es redactora en Crónica Norte desde 2017. Apasionada de la información local y los viajes.

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