La Casa de Vacas de El Retiro acoge una muestra de Manolo Oyonarte con treinta obras de expresionismo abstracto

Lejos de discursos o mensajes codificados, las treinta piezas de expresionismo abstracto que componen esta exposición no buscan comunicar una idea concreta, ni ofrecen una interpretación cerrada. Según explica el propio artista, Manolo Oyonarte, “no hay que entenderlas”, solo observarlas sin filtros, sin juicios, sin el peso del pensamiento racional. En ese despojamiento, lo que queda es pura forma, color y movimiento.

Cruzar el espejo… y el antiespejo

La visita se articula en tres etapas, correspondientes a tres ámbitos del Centro Cultural, en un recorrido que simula el tránsito entre distintos estados de conciencia. Para avanzar, el visitante debe atravesar dos filtros físicos: primero, el espejo de Alicia, hecho de tiras especulares donde se ve reflejado; después, el antiespejo, compuesto por franjas negras y brillantes, que simboliza el desprendimiento del ego. Solo entonces comienza la verdadera inmersión.

Cada tramo de la exposición plantea una conexión con distintos niveles del ser: lo consciente, lo inconsciente próximo y, finalmente, lo colectivo. El objetivo es lograr una percepción libre de condicionamientos, donde la estética se experimenta sin prejuicios ni expectativas. Oyonarte propone, así, un retorno a una mirada limpia, virgen, en la que el arte se convierte en un reflejo universal y no en una construcción intelectual.

Un bucle musical como guía invisible

Uno de los elementos más distintivos de esta propuesta es la presencia constante de una pieza sonora en bucle, compuesta por el músico y productor Luis Carlos Esteban. Esta banda sonora, que acompaña todo el recorrido, ha sido pensada como una obra total, integrada con las piezas visuales, y diseñada para favorecer un estado de conciencia alternativo. Su tempo y su estructura permiten que la mirada del espectador se sincronice con la música, facilitando una experiencia que el propio Oyonarte califica como “transcendental y carente de ego”.

Un neorromanticismo que desafía las normas

Lejos de las tendencias contemporáneas que imponen un arte discursivo o social, esta exposición huye del racionalismo estético dominante. En palabras de su comisario, Julio César Abad, se trata de “un desmontaje del aparato consciente de la razón”, con el fin de propiciar un encuentro profundo con un inconsciente estético colectivo. Para Abad, se trata de un giro cromático propio del Neorromanticismo, donde se busca una universalidad arquetípica, ajena a modas y mensajes efímeros.

Una cita con el arte como vivencia

“Oyonarte, Alicia y los espejos” no es una exposición al uso. Es una vivencia. Un recorrido que va más allá del objeto artístico y que propone al visitante un cambio de estado, una conexión íntima con lo que observa, escucha y siente. Del 8 al 26 de mayo, la Casa de Vacas se convierte en un espacio para el asombro silencioso, una pausa en mitad del ruido de la ciudad.

La entrada es gratuita, y la exposición puede visitarse de lunes a domingo, de 10:00 a 21:30 horas. Una oportunidad para dejar atrás lo aprendido y mirar con otros ojos, como si fuera la primera vez.

Paula de Marcos Aragón
Paula de Marcos Aragónhttp://www.cronicanorte.es
Paula de Marcos Aragón, periodista, licenciada en Ciencias de la Información y vecina de Algete. Es redactora en Crónica Norte desde 2021.

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