En la investigación participaron 45 estudiantes de secundaria, a quienes dividieron en dos grupos: experimental y control. No se han encontrado diferencias significativas entre sexos a la hora de comparar su destreza.
Recientemente se ha desarrollado una investigación que confirma que la capacidad espacial, es decir, la capacidad para representar y manipular objetos mentalmente, es maleable y mejora con el entrenamiento. El estudio, llevado a cabo por la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), ha sido publicado en la revista Frontiers in Psychology y se ha llevado a cabo en adolescentes.
Una de las conclusiones que se desprende del estudio está relacionada con que no se han encontrado diferencias significativas entre sexos a la hora de comparar su destreza. Además, los investigadores apuntan a que el uso de las tecnologías como los videojuegos, podría estar ayudando a reducir las diferencias observadas hace unos años entre chicos y chicas.
En la investigación participaron 45 estudiantes de secundaria, a quienes dividieron en dos grupos: experimental y control. En primer lugar todos los alumnos realizaron una serie de tests y pruebas que buscaban evaluar el nivel inicial del que se partía. A continuación, el grupo experimental recibió tres sesiones de entrenamiento en rotación mental, de 30 minutos cada una, durante tres días consecutivos.
Efecto entrenamiento
Con el objetivo de evaluar y comparar el progreso en ambos grupos, después del entrenamiento se llevó a cabo una última sesión donde participaron nuevamente todos los estudiantes.
“Los resultados demostraron que con tan sólo tres sesiones de media hora se produce un efecto de entrenamiento de la rotación mental que demuestra una ventaja del grupo experimental respecto al control”, concluye la investigadora, quien resalta lo interesante de estudiar la durabilidad de este efecto. “Sería ingenuo pensar que por entrenar tres días durante media hora se va a producir una mejora sustancial y a largo plazo de la capacidad entrenada. Pero hay evidencia de que si se incorporan actividades o juegos que activen procesos visoespaciales, las diferencias podrían desvanecerse”.
Tradicionalmente, en estudios de este tipo, aparecía de manera sistemática un efecto del género que mostraba un peor rendimiento de las mujeres y menor presencia de éstas en carreras técnicas. «Los motivos por los que esto sucede son difusos ya que al someternos a estas pruebas pueden intervenir distintos factores, muchos de ellos culturales” explica María Rosa Elosúa, también investigadora del proyecto.
«La facilidad con la que actualmente pueden incorporarse aplicaciones y juegos en los teléfonos móviles pudo influir en que no encontráramos diferencias entre sexos en los adolescentes” comentan las autoras.